Imagen de portada, collage con bordado en papel: de Elizabeth Vita.
Las políticas del saber son disputas por las palabras, por modos de hablar y de escribir que en definitiva son modos de pensar y de gozar de una época. Intervenir en la práctica del lenguaje es afectar las formas en que se organiza el poder.
¿Qué vocabularios usamos y qué gramáticas producimos en nuestros discursos?
¿Qué es lo que promueve a la estandarización e higienismo del lenguaje degradando su potencial poético, político y estético?
¿En favor de qué obediencias epistémicas se devalúa la dimensión creativa y poética de la lengua?
¿Cómo descolonizarnos de ese impulso anestesiante que hace de la estabilidad conceptual y la armonía institucional la forma prescripta?
El psicoanálisis se gesta a partir de que Freud aloja las malas lenguas de las mujeres a las que la ciencia había excluido por mal habladas, no decían bien acerca del cuerpo, las palabras se disputaban entre ellas y la ciencia médica, ellas emputecían las palabras: gozaban de las palabras haciéndoles perder la pretendida pureza.
La emancipación más que una nueva forma de conocimiento, implica la capacidad de plantear preguntas que desde el rumor, la opacidad y las entre líneas minen el lenguaje Neoliberal y su episteme macro política colonial.
Una lengua del riesgo que se lanza a la experiencia sísmica que no teme a la traición para interpelar las narrativas de identidad, ensaya una práctica descolonizadora.
Lógica de consolidación de marcas y de sustancialización que condensa lalangue de cada época y se encarna en la serie de “unos” compactos.
Los dichos del Otro, encarnados en el otro, son constitutivos de lalangue al igual que los modos de goce, tallan marcas en el sujeto, marcas que a partir de un trabajo se pueden transcribir en significantes, especies de a talladas en el cuerpo, movimiento entre lo que condensa y lo que relanza ese discurrir.
¿De quién es la lengua, quién le da nombre y quienes reconocen su lengua en ese nombre?
Abrirse a preguntas por las lenguas, los cuerpos y los goces como una interrogación por los modos de vida, abrirse a preguntas menos interesadas en la definición y explicación y sí preocupadas por la implicación y el desvío. Es lo que Freud supo hacer, fundando un campo y un lazo inédito en lo social.
¿Por qué nos parece importante la revisión epistémica? ¿Qué significa epistemología?
La epistemología es la rama de la filosofía que se encarga de examinar los fundamentos en los que se apoya la creación del conocimiento científico. Etimológicamente viene de la unión de la palabra episteme (conocimiento) y logos (razón). Razón del conocimiento. Trata de aclarar los distintos procedimientos lógicos y metodológicos que caracterizan la investigación científica. Apunta a fundamentar la objetividad, validez y verdad.
El logos en occidente se inscribirá con la pretensión y la aspiración de lo universal clasificatorio y abstracto, generando indeseados efectos de segregación y rechazo. El logos encarnará los paradigmas hegemónicos de cada época en los términos de un uno compacto concentracionario que rechazará, y excluirá toda dimensión de lo heterogéneo, la diferencia y la otredad, haciendo impostura de un uno imperante, amo de dominios, desde diagramas y estrategias de poder cristalizados en argumentos dogmáticos de saber universal.
Desde allí todo lo no homogeneizado que integre ese conjunto universal quedará en los márgenes. Ante la norma universal de la ciudadanía, las dimensiones de clase, de trabajador, de distribución de la riqueza y de condiciones reales de existencias tenderán a ser desmentidas y veladas. La homogeneidad del eurocentrismo blanco hegemónico intentará que la dimensión de la multiplicidad de la raza sea rechazada y hasta exterminada.
Por otro lado el empuje hacia lo abstracto generará el desconcierto y desconsideración de los cuerpos, la tierra y los haceres. Cada trazo, cada otredad rechazada configurará un punto ciego, punto condensado y concentrado de goce. Trazos, otredades excluidas, marcas que sufren demoras, convocadas a ser nominadas y otros a ser incluidos.
El uno compacto en los tiempos actuales atraviesa algunas coordenadas en su composición donde el patriarcado hace consistencia a la religión y al amor al padre, encarnado en instituciones centrales que propician la desmentida de lo que el entorno impacta políticamente en la vida de los sujetos y certificando así los dogmas en tanto saberes cerrados que rechazan los pensamientos críticos epistémicos.
Entonces el psicoanálisis queda convocado al resguardo del desencaje relevando y subrayando la dimensión singular y local, tanto en su aspecto colectivo y de un sujeto. Movimiento de desencaje que propicia la inscripción de lo que ha quedado forcluído, reprimido y renegado en cada época y en cada paisaje.
Lo que queda afuera, a la espera, sufriendo demora es orientado hacia su lectura, su inscripción y su encaminamiento en la construcción de lugares, de morada y de circulación social. Poner a discusión y en construcción colectiva un nuevo nos-otros. Hacer síntoma social en tanto propiciar el reconocimiento de un sufrimiento común, nombrarlo e inscribirlo. En ese punto la epistemología implicaría la articulación y anudamientos de dimensiones múltiples, heterogéneas y variadas que apuntalan la creación de lugares estableciendo nuevas relaciones y valores de intercambio en la asignación de la dimensión del otro.
Invitamos a ubicar una tensión entre una epistemología logo-céntrica y otra, del orden de lo narrativo. Esta última nos promueve a transitar los trayectos de un paisaje de mestizajes de saberes encarnados y epocales. Una cartografía espiralada, surcada al modo de laberintos, entrelazadxs en trazos no lineales, caóticos, inciertos. Arduo trabajo de descompletar al Otro para que advenga un sujeto y la cultura, causado desde la implicación del enigma, desde el preguntar hacia horizontes abiertos e increados aún. Un continuo movimiento entre lo que converge y diverge, entre igualdades y diferencias, entre lo enlazado y lo no enlazado.
Las epistemologías narrativas alojan un incesante devenir, un continuo entre el ser y no ser, estableciendo un existir tanto en los términos de un excéntrico fuera de sí como de un estar siendo. Construir un nos-otros: un saber hacer creacionista de la heterogénea común-unidad.
Elizabeth Vita, psicoanalista, integrante del Movimiento Pedagógico Isaurino, miembro del colectivo de artistas “Asociación 210”.
Marcelo Esses, psicoanalista, miembro de la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Cuidado editorial. Gerónimo Daffonchio, Gabriela Odena, Amanda Nicosia y Helga Fernández.
Excelente texto, promueve el despertar al que la rumia colonizadora de las mentes «estabiliazadas» empujan. Me quedo con una lengua del riesgo, que lanza a la experiencia sísmica que no teme a la traición por interpelar.
Agradezco el texto a los autores.
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Muchas gracias por tu comentario y tú resonar Patricia, el otro día leí una frase muy bella que dice que «desnaturalizar es devolverle la belleza al mundo» . Por más resonares que desnaturalicen y abran a otros horizontes. Gracias por leernos!
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