Si Borges hubiese conversado con Kusch. Por Elizabeth Vita.

Jorge Luis Borges nació un 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires y falleció un 14 de Junio de 1986 en Ginebra, Suiza. Escritor destacado de cuentos, poemas y ensayos, extensamente considerado una figura clave tanto para la literatura en habla hispana como para la literatura universal.

Rodolfo Kusch nació un 25 de Junio de 1922 en Buenos Aires y falleció un 30 de septiembre de 1979 en Maimará, provincia de Jujuy. Fue un filósofo Argentino que realizó profundas investigaciones de campo sobre el pensamiento indígena y popular americano como base de su reflexión filosófica. También escribió numerosas obras de teatro entre las que se destacan “Tango”, “Credo Rante” “La leyenda de Juan Moreira”, “La Muerte del Chacho “y “Cafetín”.

Con motivo de los 35 años de la muerte de Jorge Luis Borges, esta revista publicó una entrevista, realizada al escritor en los años 80, con prefacio de Luis Gusmán

En esa entrevista Borges habla sobre identidad, tradición y estética, entre otras cosas y por esas jugadas de gambeta con la que a veces nos dejamos sorprender, Helga Fernández en el chat de la revista me tira un centro de arroba diciendo : «Borges debería haber leído a Kusch» en relación a una frase de éste, que dice que «somos europeos a contramano». Ese pase que requería gambeta, movimiento rápido y preciso cuando el horizonte se visibiliza por ese señalamiento de otres –porque siempre es con otres que se piensa y se escribe– me interpeló, me empujó como un pogo en medio de un recital que te invita al rito y me lancé a la jugada. Crear encuentros impensados, para llevar el pensamiento a extremos que tensen y en esa tensión chisporroteen, se exploten , se descompongan y se compongan otros, así es que devino ésta conversación ficcional entre estos dos enormes referentes culturales argentinos.

La cuna es un accidente geográfico, diría Kusch, la cultura también.

J.L.B: Me gustaría saber quién soy…

R.K: Tanto pensar en la ontología del ser nos hemos olvidado de algo fundamental que es el “estar”, el estar siendo en un devenir, en permanente movimiento, permanente mutación pero en ese lenguaje empaisajado, si me permite el desliz…

J.L.B: Ah, usted está hablando de poesía entonces, y ¿qué podemos decir de la poesía? Yo traería lo que dijo San Agustín con respecto al tiempo: “si no me preguntan qué es el tiempo lo sé, si me preguntan qué es el tiempo lo ignoro”. Creo que todos sabemos qué es la poesía, pero eso no quiere decir que podamos definirla. Por el contrario se nos ocurre lo que es inmediato, digamos, como el sabor del vino, como el sabor del agua, como el amor, como la luna.

RK: Y es que toda definición perturba la sensación natural que poseemos de la vida como un fluir continuo y placentero. La definición sobreviene como una detención o como un último momento de un proceso vital, que en ese instante ya ha agotado la creación en la que nos hallábamos empeñados. Si bien la definición brota biológicamente de la vida, ésta pierde su vitalidad a medida que aquella alcanza su claridad meridiana e inteligente. Y como en éste punto desvirtúa la vida, se la repudia, ella emprende otro camino. ¿Qué sería escribir en América sino una manera de bucear en el vacío? Hacer literatura es asumir una postura, es colocarse en falso, transgiversarse por un fin muy simple. Por eso se hace literatura desarraigada. El escribir auténtico es poner al lado de las cosas que ampara la ciudad, esa verdad íntima hecha cosa que es el libro, el poema, el cuadro o la composición musical. Pero como superación, casi como penetración vital de la realidad.

JLB: Si uno siente que un autor sueña y habla con sinceridad está lejos del barroco y cerca de lo que podríamos llamar poesía o arte verdadero. Ahora eso se debe sobre todo al género y a la construcción de las frases. Creo que la literatura depende mucho de las cadencias, por eso la poesía es intraducible, no así la novela, no sé hasta dónde un verso es traducible… En cuanto a mi yo trato de escribir cada día de un modo más directo y con menos palabras cuya lectura obligue a recurrir al diccionario. Creo que en algunos de mis trabajos he sido bastante barroco y ahora creo no serlo. Cuando escribí Ficciones y El Aleph era bastante barroco, por ejemplo: “larga y gloriosa va a caer la unánime noche”, ese adjetivo es vanidoso “unánime” ahora no lo usaría.

R.K.: ¿Sabe qué pasa Borges? Falta un sentimiento del ser propiamente americano, el americanismo constituye de por sí una vivencia geográfica, física circunstancial que no alcanzó a expresarse. Se expresa, si en una modalidad que hace que, indirectamente, lo otro, la ficción tome expreso carácter de tal. Por ésta conciencia de ficción que ningún americano puede dejar de lado se genera la sospecha de que algo tenemos que ver con el pasado aborigen.

J.L.B.: ¿Aborigen? Mire Rodolfo le voy a poner de ejemplo mi propio caso, no por vanidad sino porque es el que tengo más a mano. Yo tengo una mayoría de sangre española, España está compuesto por los líberos, los fenicios, los celtas, los godos, los romanos, los visigodos, los vándalos en el norte de Andalucía –Vandalucía debería decirse no Andalucía– luego los árabes, sin dudas los judíos también. Luego tengo una cuarta parte de sangre inglesa. ¿Qué es sangre inglesa? Seguramente todo inglés puede decir somos sajones somos celtas y somos escandinavos, podría agregar también, somos italianos ya que los romanos estuvieron casi cinco siglos dominando la isla. Supongo que todos tendremos una parte de sangre judía también y si tenemos sangre española tenemos sangre árabe. Por otra parte mis dos apellidos son portugueses. Borges es un apellido portugués muy común, burgués hombre de la ciudad, y Acevedo, mi otro apellido forma parte de una lista de apellidos judeo portugueses que da Ramos Mejía en su libro Rosas y su tiempo. Una de las virtudes de este país es el hecho de ser un país de inmigrantes y donde todavía primaba la clase media. Yo he nacido en la ciudad de Buenos Aires, en la Parroquia de San Nicolás en el centro de Buenos Aires…En algún caso he dicho que soy un caso raro porque no tengo sangre italiana y todo el mundo la tiene aquí. Seguramente soy un forastero aquí y sin embargo me considero argentino a pesar de mi falta de sangre italiana. También sé que tengo una gota de sangre guaraní.

R.K: Usted es la prueba contundente, debo decirle, de que América toda se encuentra irremediablemente escindida entre la verdad de fondo de su naturaleza demoníaca (su gota de sangre guaraní) y la verdad de ficción de sus ciudades. El escritor fiscaliza desde el mundo de la ficción legal, la ilegalidad esencial de la vida. Representa en el continuo juego entre la sin-razón vital y la ilegalidad social del individuo medio, la apoteosis de este último, su redención y consagración como apóstol de un mundo que de ante mano no cree. Es un monje sin religión, que en el terreno de la palabra estructura, mediante imágenes da la posibilidad de una redención aunque en verdad detiene con el verbo la vida en que cree. Víctima de la ciudad opta por la ficción. Con el uso del verbo no se alcanza a percibir las tinieblas en su totalidad.

El mestizaje por imperio de la ciudad de la ficción erigida por ella deja de pertenecer exclusivamente al terreno biológico, Borges, para abarcar a todo el continente. El drama de América está en la participación simultánea del ser europeo y del presentimiento de una onticidad americana, y es que para estudiar al hombre americano y a América en su peculiaridad y en su autenticidad, se pasa en cierta manera del terreno del ser, tal como lo entendemos con nuestra mentalidad pseudo europea, al no ser. Y verlo desde la vida y desde el paisaje y no desde la norma, desde el ente y no del ser, o sea de su medio, su ámbito vital significa abrir la puerta opuesta al ser y prender al hombre por su antinomia. Es pillarlo en un antagonismo similar al que existe entre literatura y ciencia con la ventaja de tener que quedarse con lo literario. Es llevar a la conciencia el sentido de desorden profundo que acompaña tácitamente a todo orden y razón. Es unir el logos con el devenir, pensar el día en función de la noche. El sustrato de América pertenece en este sentido exclusivamente al terreno de la vida, lo irracional, lo inconsciente, lo anticientífico. En Europa es posible una ciencia de lo humano porque el hombre se ha deshumanizado, ha subvertido su vida al cálculo, a la inteligencia. Pero como esto en América no ocurre se desemboca en la suposición, inconfesada aún, que el problema americano pertenece al ensayo literario. En todo análisis se desliza la necesidad de ver nuestras cosas con categorías propias y en su búsqueda es preciso transgiversar la modalidad europea, poner en duda el valor de la inteligencia y cuestionar a la ciencia sus derechos de primacía sobre la vida.

J.L.B.: Mire Rodolfo yo estoy seguro de que podemos considerarnos  de la cultura occidental, la tradición no puede consistir en ponchos aperos o cosas por el estilo. Creo que debemos pensar que somos herederos de la cultura occidental, somos como europeos nacidos a contramano, pero eso nos permite ser europeos y no sentirnos trabados por límites geográficos y políticos. Además la lengua castellana es como el italiano, como el portugués, como el rumano, como el francés, una especie de dialecto del latín y eso ya me lleva más atrás, a los grandes nombres de Lucrecio, de Séneca, de Horacio el poeta. ¿Por qué no pensar que esta hermosa herencia es no solo un lugar, este país que tanto quiero, sino también un idioma? Y ya que el castellano nos envía al latín, la nostalgia del latín no es una ilusión mía. Yo diría que todos los idiomas  actuales sienten nostalgias del latín, las nostalgias del latín es uno de los hechos capitales de la literatura española…

R.K.: Discúlpeme Borges, pero para mi la lengua castellana es la lengua de los conquistadores, y en nuestra América profunda las lenguas son como las raíces de las plantas, se expanden, se multiplican y la nostalgia del latín es una nostalgia colonialista, en América la vegetalidad invade todas las esferas  de la existencia, de los individuos, desde su vegetalidad inconsciente crean las masas vegetales americanas en forma de una totalidad incomprensible, ajena a toda clasificación, ¿sabe qué? Es como si yo le dijera que el paisaje, ese que usted intenta abolir o negar, hace de la orgía del yo creador una comparsa de naderías.

J.L.B.: ¡Qué metáfora tan barroca Rodolfo! ¿Qué es ese término de naderías y seguido del de comparsa? Usted no deja de sorprenderme.


Citas extraídas textuales de la entrevista a Borges citada y del texto “ La seducción de la Barbarie”, tomo 1 Rodolfo Kusch año 1953.


Elizabeth Vita, psicoanalista, integrante del Movimiento Pedagógico Isaurino, miembro del colectivo de artistas “Asociación 210”.

Cuidado editorial: Helga Fernandez, Gabriela Odena y Amanda Nicosia.

5 comentarios en “Si Borges hubiese conversado con Kusch. Por Elizabeth Vita.

  1. Gracias helga por dejar un juego abierto al que Eli entró y nos dio una ficción que marca posiciones y visibiliza bordes que nos contienen y Dan raíz aunque muchaa veces sean ignorados.

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  2. Hermosa nota. Pero, en ese encuentro, imagino una sonrisa de diablo en el rostro de Borges, luego de escuchar, pacientemente, las diatribas interminables del señor Kusch para, finalmente, comentarle:

    «Mi querido Günther, quizás usted ya haya olvidado sus raíces, pero, solo para recuperarlas, fervientemente, en esta sesuda reflexión ontológica, acerca de la diferencia entre el ser y el estar, en la cual sospecho el litigio maravilloso de una mente como la de Ortega y Gasset. No obstante, vislumbro en tan tenaces afirmaciones sobre el destino de nuestro pueblo un interrogante propio de nosotros, los traductores… ¿Acaso no serán sus interpretaciones la excusa para nuevos relatos fantásticos enhebrados por aquellas pasiones del cuchillo que no cesan de disfrazarse en nuestro presente, tan perdido, como siempre estuvo? ¿Acaso una traducción reciente del maestro alemán haga justicia respecto de aquél tan brutal como creativo exceso de tecnicismo del señor Gaos cuando pensó su Dasein como «ser ahí» o cuando tomó al «cuidado» como «cura»? ¿Acaso el ángel de Jorge Rivera al cuidar nuestro Ser y Tiempo nos haya descubierto al verdadero sentido del «estar en el mundo», tal cual fue pensado por el sabio alemán y sus antepasados? ¿Y si su mente brillante fue demasiado aturdida por nuestro castellano? ¿Acaso no hemos sido siempre, nosotros, los traductores, los mayores traidores y redentores del pensamiento? Yo siempre he cavilado que el estar en el mundo de los argentinos (Latinoamérica me parece una abstracción incomprensible) ha sido el desenlace siempre por comenzar de una austera biblioteca, el sueño de unos escritores, el interminable debate de Fierro junto al puño de Sarmiento… Por eso, estimado Rodolfo: su puro estar es también… Pura literatura».

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  3. Jajajaja excelente!! De todas maneras les quedaron pendientes al menos 2 cafecitos a éstos dos, así que continuará y me parece genial que a cada une le dispare otro diálogo acoplado a este y a otros, acoplamientos dialógicos para dar lugar a múltiples lenguas que por traidoras siguen vivas. Poesía embarrada lodosa y hedionda, diría Kusch. Muchas gracias Leonardo por tan agudo decir de este Borges incorregible.🙌🏼

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