Salir a escena. Por Cecilia Gasque

Cuidado editorial: Marisa Rosso, Leticia Gambina.


Cuenta Allouch, en Letra por Letra, que en una ocasión un amigo le preguntó: ¿Qué es la salud mental? A lo que él respondió que la salud mental es pasar a otra cosa. Pero habiendo aclarado que no alcanza con imaginar que se pasa a otra cosa, y preguntándose si existe realmente esa oportunidad en la que se podría, algún día, atribuir a un sujeto ese pasar a otra cosa. Respondiendo que no debemos rendirnos ante la evidencia de que lo que aparece como cambio en una vida generalmente no es más que la tentativa en que esa vida no cesa de no pasar a otra cosa. ¿Cómo volver operante o hacer que opere entonces el deseo de alguien de querer/poder pasar a otra cosa?

Solal Rabinovich dice que los locos, los apátridas y los excluidos están encerrados afuera. Afuera de las fronteras de su país, como afuera de los lazos de su lengua materna y fuera de sí. Se pregunta si existiría una huella visible, legible de ese hogar de donde han sido expulsados. 

Las personas recluidas en instituciones son llamadas “internxs” pero no se quejan precisamente de la internación sino de su externación, puesto que sufren por estar encerrados afuera. 

El texto -escrito por Cecilia Gasque- y el documental -dirigido por Santiago Korovsky- dan cuenta de cómo el teatro como manifestación del arte permite, en ocasiones, armar lazos y reencontrar esas huellas que conducirían de vuelta al hogar, permitiendo inventar o construir una escena o una representación a lo intraducido que está fuera de la represión. También muestran lo difícil  que resulta y las vueltas que son necesarias dar, en ese ir y venir propio de lo que se escapa. Intentarlo una y otra vez, poner palabras vehiculizadas por la voz, contar historias, entrar en ellas, vestir personajes, para de vez en cuando abrir una puerta que posibilite una entrada al salir a escena. Y quizás así poder pasar a otra cosa. 

HISTORIA DE UNA JORNADA DE 5110 DÍAS 

¿En qué pensamos cuando pensamos en una escena? Pensamos en una representación, en algo que, aunque inextricablemente remita a lo teatral, no necesariamente es ficcional. Siempre implica algo del drama, un tiempo y un espacio en el que necesariamente pasan cosas. Tensiones. Conflictos. Algo tiene que suceder para que sea una escena. Pero, ¿qué pasa con quienes quedan por un motivo u otro por fuera de la escena social? ¿Quiere decir que dejan de pasar cosas? Hay quienes prefieren quedar por fuera de dicha escena, escogiendo la idea de refugio ante el conflicto o su posibilidad. Y es que poner en acto implica poner en juego algo del orden del deseo y, tal como sabemos, esto no es sin consecuencias. Eximirnos de la escena, entonces, puede brindar la ilusión de la elusión, de que es posible, necesario o preferible quedar por fuera de la tensión con un otrx, sea una persona, una responsabilidad, una decisión. Pero a su vez, hay quienes son eyectados de la escena, por disruptivxs, por abyectxs, por inadecuadxs, por disfuncionales, por necesitadxs. Podría incluso pensarse que de algún modo eligen o terminan eligiendo el refugio, aunque la mínima exploración clínica permite advertir que hubo antes uno o varios intentos de formar parte de la escena, fallidos, desestimados, erróneos, malogrados. Ahora bien, el hecho de que sean apartadxs de la escena social no quiere decir que no existan otras escenas, que no las habiten. Que no las habitemos. Dar cuenta de estas (o algunas de) estas escenas fue el propósito que animó el armado de la Primera Jornada de Equidad y Salud Mental, llevada a cabo el 19 de abril de 2023, en la cual se proyectó el documental “Salir a Escena” (adjunto al final del texto), un día que fue el saldo de muchos días, de mil escenas y mil historias, que intentaré modesta y sucintamente detallar a continuación. 

Acto I  

Verónica se encontraba internada hacía 14 años. Un consumo álgido de sustancias, voces imperativas que la llevaban a atentar contra su vida, desbordes emocionales que terminaban en episodios de violencia determinaron su ingreso al hospital, pero la falta de recursos y continencia en el afuera prolongaron su estadía. Pese a su fuerte temperamento, tuvo siempre una gran sensibilidad artística. Fue quien sugirió a Gabriela Mambrud (T.O. del Servicio de Rehabilitación) iniciar un taller de teatro en el hospital Moyano; propuesta que Gabriela aceptó, incorporando a Juliana Rozadas (también T.O.). Se realizó entonces una muestra de fin de año, presentando “Mansión Henry” en el hospital, pero ellas decidieron además dar cuenta de este proceso en el Congreso de Psiquiatría de la A.A.P.. Allí es donde las conozco y decido sumarme también al taller en el año 2009.

Por ese entonces, ellas estaban armando una obra –aún sin nombre- sobre un texto en proceso de construcción. Y es que su autora, Nilda, se encontraba también internada, atrapada por la cama y la desazón, pero a través de este proceso de escritura –acompañado por Juliana y Gabriela- pudo ir despegando de esa cama y arrimándose primero al taller, y finalmente al escenario. Se estrenó por fin la obra, llamada por todas sus actrices “Piolines que desatan”, en la que un grupo de títeres logra vencer el miedo para derrotar a su tirano titiritero y consiguen por fin su libertad. Se presentó en el hospital, y también en la Unidad 27 que funcionaba allí en aquel tiempo. Constatar que aún internadas, existía la posibilidad de un mayor encierro, realzó el mensaje de libertad que encarnaban a través de sus personajes. Pero las esperaba una propuesta mayor, la de participar en el Festival de Artistas Psiquiátricos organizados por el Frente de Artistas del Borda, que impulsaría la primera gran salida a escena, por fuera del hospital. 

Acto II 

Asistir a tal evento implicó una organización y una logística de gran envergadura, ya que también participarían del taller de canto con caja y del taller de Radio. En este último se había sumado Santiago Korovsky –un joven estudiante de Comunicación Social en aquel entonces- quien realizaba una pasantía para su carrera. Sin embargo, quedó de algún modo cautivado por lo que ocurría en nuestro taller y en particular, por las historias de Nilda y Verónica. Y decidió realizar con ellas su proyecto de tesis, que se convirtió en el documental “Salir a escena”, en el que se narra el proceso de externación que vivieron Nilda y Vero, quienes pudieron encontrar en el teatro una vía de salida del hospital e intentar hacerse cargo de sus vidas. 

Acto III 

Nilda y Verónica desplegaron por un tiempo sus alas y pudieron participar en otros escenarios, por fuera de nuestro taller, en particular en el tiempo en el que tuvieron su estadía en PREASIS (Programa de Externación Asistida) que entonces contaba con casas de medio camino. Verónica tuvo sus protagónicos y Nilda pudo además dar clases como tallerista. 

Nosotras continuamos con el taller y contamos por un buen tiempo con participantes de la comunidad -por lo general estudiantes, pasantes o acompañantes- que se sumaron como actrices e incluso prestaron su pluma para distintas obras. Pero una normativa de la dirección del hospital que impidió el ingreso de “la gente de afuera” nos decidió a sacar el taller del hospital, a fin de seguir impulsando la libre participación de cualquiera que así lo deseara, paciente o no. Creamos así el taller de “Teatro en Comunidad”, el cual funcionó en varios espacios, durante 3 años, hasta que nuevos vericuetos administrativos nos forzaron a suspenderlo. Tal como relatan muchas de nuestras actrices, pudimos hacer en carne propia la experiencia de que permanecer fuera del hospital tampoco es tarea sencilla. 

Acto IV 

Continuamos realizando el taller en el hospital. Tampoco fue fácil para Nilda poder sostenerse en el afuera, pero esto hizo que pudiese reincorporarse al taller y participar del que (hasta ahora) fue nuestro último show, en el Centro Cultural Ambigú. Un espectáculo común –llamado “X4: 4 escenas, mil historias”- con otras agrupaciones teatrales de la comunidad y sus elencos (que ya presentaban sus escenas en otros espacios) en el que pudimos jugar con la ambigüedad de no aclarar quiénes eran “las del Moyano” y quiénes no.   

COVID y Aislamiento Social Preventivo Obligatorio mediante, debimos suspender nuestra actividad, por el necesario contacto y cercanía que requería. El Ambigú también sucumbió a la pandemia y la extensión de las medidas precautorias, alertas amarillas y demás avatares que continuamente coartaban la apertura hacia el afuera, nos fueron alejando de a poco de la posibilidad de retomar el taller.

Acto V 

Fue precisamente durante la pandemia que se fue gestando la serie “División Palermo”, en la que Santiago tenía un personaje escrito especialmente para Nilda. Ella pudo en el transcurso de la pandemia egresar del hospital y vivir por un tiempo en un hotel, motivada por la posibilidad de actuar y sentirse reconocida por sus pares del elenco y el equipo técnico. En ocasiones, incluso alguno la acompañaba a los controles ambulatorios o entre todos le conseguían artículos de su necesidad. Verónica también fue convocada a participar, y tuvo algunas breves apariciones. 

El estreno fue arrasador, liderando por varias semanas el Top Ten de Netflix. Y el interés despertado por Santiago –aquel joven estudiante devenido en creador, escritor, director y protagonista de su propia serie- devolvió a la escena aquel viejo documental, que al viralizarse resurgió con fuerza y nos reunió nuevamente a Juliana, a Gabriela y a mí, motivándonos a amplificar aún más su potencia y su mensaje. Y qué mejor escenario que la Legislatura Porteña para ello. 

A tal fin, articulamos con la Dirección de Inclusión Social de GCBA y pudimos armar una jornada de trabajo, llamada Jornada de Equidad e Inclusión Social, la cual fue multitudinaria. En ella proyectamos “Salir a Escena”, contando no sólo con la presencia de Santiago, Nilda y Vero, sino de Emilce, Graciela y Normita, nuestras queridas e históricas actrices del taller, quienes también pudieron dar cuenta de la importancia del arte en sus propias salidas a escena.  5110 días después de aquel documental. Participaron también referentes afines, y otrxs no tanto, reforzando nuestro propósito inicial de la Jornada: tender puentes y diálogo transversalmente, ya que la problemática y las necesidades en relación a la salud mental son incumbencia de todxs.

Acto… 

Continuaron las convocatorias. Nilda participó en la proyección del documental en el Centro Cultural Luzuriaga, amigo del hospital -con quienes estamos articulando espacios para que las usuarias mismas sean talleristas- poniendo el énfasis en la llegada a lxs vecinxs del barrio, quienes compartieron sus preguntas y experiencias. 

Emilce participó en la proyección realizada en la Facultad de Psicología de la UBA, para alumnxs de la cátedra de Salud Mental y Salud Pública, emocionando al auditorio con su propio testimonio. 

Las convocatorias continúan… 

“Salir a Escena” es un documental bello, pero no amable. Exhibe de modo estético pero fehaciente la deuda hacia las personas con padecimiento mental, la naturalización de la carencia, la letanía institucional, las manchas de humedad, el encierro físico y mental. Pero también habla del deseo, del movimiento que produce el arte como estrategia de estructuración simbólica, del necesario soporte que debe construirse para facilitar y sostener el afuera, tanto en lo simbólico como en lo real. 

Y es nuestro deseo darle voz y brindar escena a cada vez más personas, para que de tanto en tanto, alguien pueda compartir su salida a escena y quizás, comenzar a construir la propia. 


Cecilia Gasque es Psicóloga de planta en el Hospital Moyano. Psicóloga asociada en el Hospital Italiano. Psicoanalista, psicodramatista, arteterapeuta.

Link del documental “Salir a escena”: 

Salir a Escena (Documental Completo) 



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