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Cuidado editorial: Gisela Avolio y Yanina Marcucci
El único discurso legítimo es la pérdida
M. Negroni
Este texto quiere subrayar que el lenguaje es corte, escansión, pausa, silencios, discontinuidades, unidades discretas.
El inconsciente (no) está estructurado como un lenguaje -mejor dicho- es estructurado como un lenguaje. Es: ¿podría no serlo? Cuando es, sólo cuando es… es como un lenguaje. ¿Y cuándo no es?…
Si es > no está
Si está > no es(1)
Es: siendo estructurado como un lenguaje en cada ocasión. El analista dispuesto, con deseo pescador, en la perspectiva de una neocreación.
Cuando aparece… aparece, es. Y cuando no aparece está (¿está?) en el limbo (Lacan dixit), a la espera, en potencia. Lo que se crea es un estando analizante en intersección con un estando analista. (“comunicación de inconsciente a inconsciente”).
Afirmar entonces que está estructurado lo transforma en óntico. Algo que está y que habría que descubrir.
En cambio, si es, es lo que decimos, en el momento en que lo decimos y escuchamos; ni antes ni después. Un tiempo fugaz, relampagueante.
“Son ideas que no han llegado a existir, ideas para las cuales sólo había una posibilidad de existencia, aceptando así que la terapia consistiría en la realización de un acto psíquico no cumplido”(2)
***
“La única certeza, la invisibilidad del presente”.(3)
Cronos estalla y según Aión, únicamente el pasado y el futuro insisten o subsisten en el tiempo. En lugar de un presente que reabsorbe el pasado y el futuro, se trata de un futuro y un pasado que dividen el presente en cada instante, que lo subdividen hasta el infinito en pasado y futuro, en los dos sentidos a la vez. O mejor, es el instante sin espesor y sin extensión quien subdivide cada presente en pasado y futuro, en lugar de presentes vastos y espesos que comprenden, unos respecto de otros, el futuro y el pasado.
Aión es la verdad del tiempo: pura forma vacía.(4)
***
El corte introduce el tiempo, lo perecedero, la muerte.
El corte introduce el tiempo de la castración.
Sin corte hay infinitización, continuidad, indiscreción. No hay lugar para la pregunta ¿quién habla?. En cambio, si a la afirmación freudiana de que en el Inconsciente no hay tiempo, se le injertara corte, se crea la ocasión para que la enunciación se diga, se escuche entre cortes, entonces habrá sujeto de esos cortes.
Inconsciente + tiempo = sujeto
Entre tiempos: pasado imperfecto (estaba por…); futuro perfecto (habré estado); condicional perfecto (habría estado) condicional (estaría).
Tiempos de vaci(a)laciones, que tal vez en algún momento de concluir -corte al tiempo de comprender- se afirme: ¡soy!, pero… soy sólo mientras lo enuncio.
Entre la fugacidad y la fuga, ninguna conjugación atrapa, reduce al sujeto ni explica la vida: apariciones de la angustia que revelan que hay un grano de arena, una roca, un ombligo(5) del sujeto, que desbordan hacia lo ominoso.
La angustia como un llamado en espera, tiempo de sujeto en espera ante la inminencia del desborde: estaba por estallar…
Inconsciente + angustia = sujeto
Arruinamos una disposición de zonas que se oponen entre sí. El aparato psíquico -concebido como lugares que alojan instancias-, quedó cuestionado en el mismo movimiento en el que Freud lo teorizaba: cambio de estado de la huella que súbitamente transmuta de consciente a inconsciente y viceversa. Irrupciones que se reabsorben en el limbo y que retroactivamente construyen un saber (“estar”) del inconsciente. El análisis del síntoma revela una estructura que hace la apariencia de que ya estaba allí.
El hallazgo de Lacan entre lenguas, con el pase de Unbewusste -inconsciente– a L´une-bevue -tropiezo-, irrupción, equivocación, concibe al inconsciente en acto.
Acto que suspende cualquier tópica y revela topología.
“Lo real está hecho de cortes como el lenguaje. Su ser puro de sujeto lo indico en el nivel del corte. Es coupable (cortable, culpable). Es la última característica estructural de lo simbólico”. (6)
Interludio 1
Freud afirma que dormimos un tercio de nuestras vidas y su explicación no es biológica, neuronal: es que el mundo -a partir del principio de realidad- es insoportable; hay que retirarse, replegarse para despertar y soñar en la vigilia, adormilados, hipnotizados por fantasmas porque el mundo es fuente de angustias corrupción del cuerpo, decepciones amorosas, pérdidas.
Freud leyendo Hamlet: morir tal vez soñar….
Interludio 2
Fallido: “la última sección”. Se escucha diciendo sección en lugar de sesión. Se revela una verdad. Cada sesión podría ser leída como corte; una unidad distintiva de la anterior, de la siguiente, contemplando que la transferencia atraviesa cada sesión de modo singular. No sólo no es el mismo río que corre por el consultorio, tampoco quien se baña es el mismo.
No es el mismo analista en cada sesión, y sin embargo…
Referencias bibliográficas
* Con la colaboración de Hernán Pasicel, y Gabriel Sedler.
(1) Il est, en francés significa él es, y también él está.
(2) Freud S., Psicoterapia de la histeria, O.C. T 1, B Nueva, Madrid 1948.
(3) Negroni M., Objeto Satie, Caja Negra, Buenos Aires 2021.
(4) Para Heidegger se trata de un advenir-siendo-sido.
(5) Ombligo: marca en el cuerpo de corte y separación de un objeto caduco; la placenta.
(6) Lacan J., Seminario 6, El deseo y su interpretación, Paidós, Buenos Aires 2014.
Daniel Rubinsztejn. Psicoanalista. Dr. en Psicología (UBA) y Profesor titular en la maestría de psicoanálisis de la Universidad Nacional de Rosario. Autor de Psicoanalisis, una práctica imperfecta (2000), Modos de abstinencia (2006), De una práctica que no sería una ciencia (2012), Variaciones del sujeto (2021), El analista sin tejado (2022).
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