Imagen de portada: Aschenblume – óleo, de Anselm Kiefer
Intentaré recorrer esta pregunta abriéndoles la puerta a una de las secciones de la revista: El Hospital Revisitado, cuya responsabilidad editorial está a mi cargo, en diálogo con otras secciones, y cuenta con el delicado trabajo editorial de Agostina y Amanda.
¿Por qué esta sección desde la perspectiva del hospital? ¿Por qué revisitado?
Quizá, por la no tan azarosa circunstancia de haber comenzado mi praxis en un hospital público de pediatría, ese espacio tiene un valor libidinal y constitutivo en el recorrido de formación que transito. En el hospital, los niñxs, antes que los maestros, me enseñaron, con su hacer lúdico, un saber hacer con el sufrimiento.
En ese hospital fui practicante de psicoanálisis en la guardia por más de dos décadas, experiencia que dada la numerosidad y diversidad de consultas, funcionó como resonador del malestar en la cultura de cada época.
Los cambios más vertiginosos empecé a registrarlos poco antes de la pandemia.
En ese momento el desamparo creciente, la precarización de la vida registrada en la numerosidad de niñxs y jóvenes en situación de calle, traídos por la fuerza policial “para una evaluación compulsiva”, revelaba también un cambio profundo en lo que, desde lo institucional, se nos demandaba, bajo imposición, como agentes de salud mental.
En ese momento, en el 2019, con una compañera de otro hospital, Mirta Guzik, pusimos a trabajar nuestro propio desamparo, en encuentros en los que abrimos una interrogación que ya de por sí traía un respiro: ¿Cómo volver a servirnos de la institución, como recurso para alojar el sufrimiento en demasía, y no quedar como servidores de un sistema cada vez más vulnerabilizador de la vida?
Con esa interpelación inauguramos la sección como modo de ir revisando, revisitando lo invariante de la estructura de los seres hablantes, a la luz de las afectaciones epocales.(1)
Ahora estamos bajo la supremacía del capitalismo tecnodigital, en el que la tecnología no es una herramienta más sino, como precisa Flavia Costa(2), un mundo ambiente en el que estamos inmersos que nos intrusa sin discontinuidad. A través de esta intrusión, el tiempo queda reducido a una perpetua instantaneidad. Suprimido el espesor del tiempo en sus tres dimensiones, soporte de la metáfora y la metonimia, la palabra toma un valor unívoco, exclusivamente informacional.
Bajo estas condiciones, sin temporalidad y sin la potencia lenguajera de la palabra, las posibilidades de metabolización del sufrimiento de los seres hablantes están excluidas.
¿Cómo construir una orilla de contraefectuación a la intrusión ejercida por el vi(r)opoder?
Seguimos encontrando en la práctica de escribir, editar, y publicar, una praxis con potencia de intervención en la cosa pública, en búsqueda de encontrar una salida donde no la hay, para decirlo con la provocadora expresión de Diego Sztulwark.(3)
En esta dirección, en el último texto publicado a modo de carta abierta(4), convocamos a ejercer una lectura crítica de lo que, en diversidad de textos académicos de practicantes de salud mental, se difunde cómo “salud mental digital” para dar “solución tecnológica” a la creciente problemática en salud mental. En estos textos no están situadas las coordenadas históricas, tanto singulares como colectivas, trazadas por las condiciones del poder político económico que determinan esta acuciante situación.
Estas ofertas basadas en la lógica algorítmica articulada a la IA, en la cual, como decíamos, la palabra está reducida a la univocidad informacional, y el tiempo a una desértica inmediatez, suprimen en consecuencia el alojamiento de la demasía del penar en la singularidad del hablante y en el tejido social.
Nuestra apuesta a poner en conversación pública estos asuntos está albergada, sostenida, cuidada por el trabajo editorial, trabajo que se entrama en el entre escribir/editar para publicar.
Trabajo sostenido en la hospitalidad y la amistad, en el disenso fecundo, en el reconocimiento de lo diverso.
Esta experiencia capilariza los textos publicados, otorgándoles una presencialidad que invita a que la conversación, patrimonio exclusivo de la humanidad, continúe con sus lectores.
Referencias:
- Mirta Guzik. Viviana Garaventa. Presentación de la sección El hospital revisitado. En el margen revista de psicoanálisis. Octubre2019 https://share.google/64ruyD34HRtyerD7b
- Flavia Costa. Tecnoceno: Algoritmos, biohackers y nuevas formas de vida. Ed. Taurus. 2021
- Diego Sztulwark. El temblor de las ideas. Ed. Taurus. Julio 2025
- Viviana Garaventa. Salud mental…¿digital?. En el margen revista de psicoanálisis. Agosto 2025. https://share.google/67LwK2FQ2DoJcsmRq
Viviana Garaventa. Practicante de psicoanálisis. Egresada de la Facultad de medicina UBA. Realizó la Residencia en Salud Mental Pediátrica en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Fue integrante del Equipo de guardia de Salud Mental en dicho Hospital desde 1992/2023. Acompaña con su escucha a practicantes de clínica con niños y adolescentes de Hospitales de Caba. Textos de reciente publicación: «Al amparo de la ficción” en la colección Trazas de lo sensible, Editorial En el margen (2024). “Los hilos de la transferencia”. publicación colectiva compilada por Alicia Rozental y Lisa Pelacoff, Editorial Entreideas (2024). «Sublimación y escritura en la ética en psicoanálisis”, Publicación colectiva compilada por Alicia Rozental y Lisa Pelacoff, Editorial Entreideas (2025).
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