APERTURA DE SECCIÓN: «LA INSTITUCIÓN (IM)POSIBLE». POR AGOSTINA TARUSCHIO Y SEBASTIÁN SALMÚN.

Imagen de portada: «Cuisine 7» de Fernand Deligny.


Cuidado Editorial: Yanina Marcucci y Gerónimo Daffonchio


«La institución (im)posible» nació hace más de dos años a partir de una inquietud compartida acerca del estado actual de las instituciones del mundo contemporáneo.  Una preocupación encauzada sobre todo en aquellas instituciones públicas y/o comunitarias que habitamos y donde se llevan adelante prácticas de salud mental en tensión con la praxis psicoanalítica. De modo creciente comenzamos a encontrarnos con el surgimiento de lógicas y discursos cada vez más indolentes así como formas de funcionamiento y organización cada vez más fracturadas,  que nos alarman sobre todo por el efecto en los modos de alojar -o desalojar- el sufrimiento en juego de los sujetos. La necesidad de reflexionar y dialogar sobre estos asuntos, sus implicancias y su conexión con la producción social de la época, al mismo tiempo que repensar la idea de hospitalidad, nos condujo a lo largo de estos años al armado de algunos espacios de  encuentro e intercambio que intentaron dar lugar a un hilo de preguntas: ¿Cómo se componen las instituciones en la coyuntura social actual? ¿En qué se diferencia su particularidad presente de otros momentos históricos? ¿Qué lógicas y qué prácticas se sostienen en ellas? ¿Cómo las habitamos, nos enlazamos, nos alojamos en su interior? ¿Qué tipo de subjetivación producen? ¿Qué aporte realiza el psicoanálisis a su reflexión teniendo en cuenta sus contribuciones respecto de lo colectivo? Y finalmente,  ¿Cómo interpelar lo institucional mismo sin postular la disolución de su existencia necesaria para la vida en común? 

Hoy asistimos a la encrucijada de un momento histórico-social en el que la esfera pública ha colisionado y se han desmontado las formas tradicionales de lazo que daban consistencia a la existencia. A esta coyuntura Pál Pelbart (2009) la ha denominado «crisis de lo común” mientras que Laval y Dardot (2015) la llaman «tragedia de lo no común”. Siendo las instituciones, tal como nos advirtiera Ulloa, espacios que reflejan y dramatizan las tragedias del campo social, consideramos necesario abordar la pregunta sobre el modo en que esta coyuntura de época impacta y se espeja en los espacios institucionales. Es decir, por un lado los efectos que la desgarradura de lo público y del lazo produce sobre los hablantes, que se mudan en estados de malestar que a su vez se expresan en solicitaciones o pedidos que hacen prisa en las instituciones que buscan o intentan amparar. Y por otro, la manera en que el entramado institucional dramatiza en su funcionamiento y organización dicha mortificación y esto altera sus condiciones de recepción. Es estructural esta reverberación que revela las complejidades que soportan los sujetos sobre los que opera la institución. Hoy se alojan y duplican desamparos, despojos, exclusiones, violencias. La pregunta es si otra cosa es posible. De esta pregunta se desprende otra en relación a la  incidencia que recae sobre la singularidad pensada en tanto alteridad irreductible. Las operaciones de expulsión/exclusión de la singularidad han dado lugar a prácticas desubjetivantes de reducción de la complejidad en juego y al avance de versiones cada vez más individualizantes y/o totalizantes del yo, poniendo en riesgo el armado de espacios clínicos que hagan lugar a lo que no tiene lugar en el discurso de la época. 

Con carácter provisorio sugerimos la idea de “lo posible” y “lo imposible” en las instituciones. Frente al “todo es posible” de la totalización y la ausencia de límites del capitalismo actual, afirmamos la imposibilidad, el pasaje por un límite, para intentar salir del sentimiento de desborde, impotencia y agotamiento que, como modos de afectación, por momentos, parece cubrirlo todo. A partir de ahí nuevos posibles y otras afectaciones se abren e inventan.

“La institución (im)posible” porta en su nombre dos nombres cuyas referencias queremos evocar. En primer lugar, el nombre de Freud cuando particularmente hace mención a las tres profesiones imposibles: educar, gobernar y psicoanalizar. Profesiones presentes de diferente manera en las instituciones de las que nos queremos ocupar. Y, en segundo término, el nombre elegido trae en su huella escrita el recuerdo de Maud Mannoni quien al escribir, entre otros texto: La educación imposible, ejerció una praxis directa en relación con estos asuntos dejando una vasta enseñanza clínica. 

Repensar la actualidad de las instituciones es, como dijimos, urgente. Pero, ¿cómo abrir allí horizontes para la transformación del malestar? ¿Qué intervenciones y estrategias son necesarias para propiciar escenarios más hospitalarios? Esta sección intentará recuperar las lógicas de lo colectivo como principio de transformación dentro del campo institucional. Aquí y allá, en un borde que dibuja el adentro/afuera de la institución, acontecen ensambles y experiencias compartidas que ensayan otras formas de habitar las instituciones. Nos interesa la transmisión de prácticas instituyentes, narrativas de transformaciones, formas de cultivar el hacer con otros. Porque al elaborar tramas cooperativas, proyectar estructuras colectivas de deseo, producir cuidados necesarios, estas experiencias, creemos, apuntan y apuestan por otro hábitat y otro porvenir. Intentos de hacer entrar (o dejar de rechazar) la fragilidad, el desamparo y la vulnerabilidad como dimensiones constituyentes del habitar las instituciones sobre las que habrá que operar en contraposición al dispositivo contemporáneo. 

Esta plataforma de ideas que decidimos nombrar La institución (im)posible arriba hoy – tras una cálida acogida- a En el Margen Revista de Psicoanálisis, con el desafío de volverse escritura y pensamiento en acto. Es nuestro deseo hacer pasar/interrogar/repensar estas cuestiones que nos continúan afectando y preocupando y así contribuir, de algún modo, a su transformación. 

En el intento de ofrecer algún amparo frente a un dolor compartido, nos dirigimos a todxs quienes vivencian el malestar en su quehacer cotidiano y que buscan persistentemente, comprometidamente, transformarlo. 

A todxs ellxs, va dedicada esta apertura de “La institución (im)posible” que es también la ocasión para un llamado e invitación a la resonancia.


Lecturas acompañantes:

Laval, C. & Dardot, R. (2015) Común. Ensayo sobre la revolución en el Siglo XXI. Gedisa: Barcelona.

Pal Pelbart, P. (2009) Filosofía de la deserción. Nihilismo, locura y comunidad. Buenos Aires: Ed. Tinta Limón.

Ulloa, F (2012) La novela clínica psicoanalítica. Buenos Aires: Libros del Zorzal.  


Esta revista se sustenta gracias a la publicación, la difusión y la edición, sin ánimo de lucro, de cada uno de los miembros que la componen. Agradecemos la colaboración económica que el lector o la lectora quiera y pueda acercar siguiendo los pasos de alguno de estos dos links.

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