Imagen de portada, C U M U L U S de Niall Staines, @staines
Cuidado editorial Gerónimo Daffonchio
“Lo que vieron mis ojos fue
simultáneo; lo que transcribiré,
sucesivo, porque el lenguaje lo es”.
J.L.Borges
“Actuar en el tiempo es solamente `el ahora´, lo futuro es el `todavía no´, lo pasado es el `ya no´.» (M. Heidegger).
Sin embargo, cuando enuncio “ahora”, ya no es el mismo cuando termino de decirlo; hay una diferencia entre la primera a y la última. Dos letras idénticas, que en su repetición introducen una diferencia temporal en un presente escurridizo.
Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado[1]. El presente está siendo… perdido: o se llega tarde o demasiado temprano. No existe el “buen” referente[2] en el lenguaje.
Cedo la palabra a la poeta:
Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan.
Ayer mientras que tu nombre
en voz alta pronunciaban
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.
Dime por qué, mala hora,
con miedo inútil te mezclas.
Eres y por eso pasas.
Pasas, por eso eres bella.[3]
***
Si pienso / no estoy (no soy) allí.
Si no pienso / estoy (soy/hay falso ser) allí.
Se trata de nuestra condición: habitar una estancia, una morada sin pensamiento y sin ser.
El acto analítico ocurre sin pensamientos que lo rodeen, que lo justifiquen; la lectura diferida del acto transmuta la potencia en acto.
Son ideas que no han llegado a existir, ideas para las cuales solo había posibilidad de existencia, aceptando que la terapia consistiría en la realización de un acto psíquico no cumplido[4].
Un salto desde la posibilidad de existencia hacia la realización de un acto, en el que se dice lo que se escucha. Entonces, había una vez una huella, que por la lectura diferida en la transferencia, queda borrada al cambiar de estado y pasa de huella a significante: ¡leer es borrar!
En el instante de la interpretación el mensaje retorna en forma invertida: ¡Usted lo ha dicho!, el analista desaparece del dicho, queda borroneado, difuminado, incluso manchado. Pierde hasta el nombre, y resta neutro: se ha dicho, queda dicho, se escucha.
Un movimiento que transcurre de la huella al significante y que una vez leído, inscribe una letra (lettre) que es inscripción de pérdida de ser (être), insistencia, instancia de la letra; carta (lettre) cuyo destinatario no figura anticipado en el sobre (el destinatario se escribirá al final) y él no lo sabía; una carta (p)robada, con pruebas de la práctica de un discurso -el del inconsciente- que es el que “por boca del analista llama para la reapertura del postigo”[5] .
“Llaman a la puerta un golpe y una voz”[6] . Así es la trama del análisis, un golpe, un corte, de golpe, repentino, con sorpresa. Restos de una voz -sin nombre- que habrá enunciado la interpretación con un tono adecuado para que se escuche.
«Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.»[7]
Una voz sin nombre, porque el nombre es llamado y es respuesta al llamado:
Tú te llamas…
Llamas que devoran al nombre en el efecto de interpretación, instante de enunciación. Un texto, un enigma[8] que irrumpe sin yo. Así, es la verdad la que habla, ésa…eso.
Así, se anticipa un final posible para una práctica imposible.
«Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.»[9]
Notas:
[1] Wislawa Szymborska, Las tres palabras más extrañas en Poesía no completa, F.C.E. 2008, México
[2] El falo es el significante de esta inexistencia
[3] Wislawa Szymborska, Saltaré sobre el fuego, Ed Nórdica 2015, Barcelona.
[4] S. Freud, Psicoterapia de la histeria, en O.C., B. Nueva 1948 T.1.
[5] J. Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales, Seminario XI, Cap. X, Presencia del analista, Seix Barral, España 1977.
[6] J.L. Borges, Hombre de la esquina rosada, en Historia universal de la infamia, O.C. Emecé, Buenos Aires, 1974.
[7] Wislawa Szymborska, op. cit.
[8] “A la demanda, ¿Quién es yo? La estructura misma responde con el rechazo, significante del Otro barrado”. J Lacan, De un Otro al otro, Paidós, Buenos Aires 2008. Pag. 80. Alojar la demanda, la pregunta, para transmutarla en enigma, es un modo de pensar al deseo del analista. La propuesta de alojar al paciente desmiente el rechazo de la estructura.
[9] Wislawa Szymborska, op.cit.
Esta revista se sustenta gracias a la publicación, la difusión y la edición, sin ánimo de lucro, de cada uno de los miembros que la componen. Agradecemos la colaboración económica que el lector o la lectora quiera y pueda para lo cual dejamos nuestros datos.
CVU: 0000003100078641018285
Alias: enelmargen.mp
Mercado Pago
Desde el exterior: https://www.paypal.me/flagelodelverbo