Dos preguntas a Anabel Salafia.

Gisela Avolio, responsable de la sección.

Helga Fernández, editorial.


– ¿Cómo y cuándo descubrió el psicoanálisis?

– Bueno, creo que uno no descubre el psicoanálisis de una vez. Yo podría decir que descubrí el psicoanálisis cuando leí Psicopatología de la vida cotidiana, pero ahí descubrí a Freud, no descubrí el psicoanálisis, creo. Quizás sí, pero, en realidad, fue un hecho bastante contingente que leyera Psicopatología de la vida cotidiana porque yo efectivamente hasta ese momento, en que tendría unos 27 años, no había leído nunca a Freud. Había leído muchísimo, porque leí mucho desde que era muy chica, pero no había leído nunca a Freud. En realidad, leí Psicopatología de la vida cotidiana porque tenía unos amigos que trabajaban en investigación de mercado y eran personas muy formadas en Freud. De hecho, algunos eran o iban a ser psicoanalistas, pero no por mucho tiempo. Sin embargo, eran muy estudiosos de Freud y hasta de Lacan en ese momento. Es decir que me interesaban las investigaciones que ellos hacían, eran muy freudianas las investigaciones. Investigaciones de mercado freudianas, era algo completamente inusual. Esto era completamente contingente porque yo para esa época estudiaba creo que sociología. Te digo «creo» porque yo estudié Letras. Mi primera entrada a la universidad fue a la carrera de Letras, donde estuve un tiempo, di un montón de materias y después me resultaba muy complicado por razones que tenían que ver con mi vida en ese momento, sobre todo la necesidad, la exigencia de la carrera de hacer cinco años de latín y cinco años de griego, que no podían hacerse en forma libre y yo, hasta ese momento, había dado todas las literaturas en forma libre, es decir, sin ir a los prácticos. Después me pareció que podía interesarme la carrera de sociología y, efectivamente, algunas materias me interesaron bastante y creo que por ahí estaba en eso cuando encontré Psicopatología de la vida cotidiana y me pareció que efectivamente había allí cosas que yo tenía la impresión de haber pensado. Tenía la impresión de haber pensado que las cosas que decían, cómo se decían, los accidentes que había en el decir de cualquiera, tenían una significación particularmente desconocida y, al mismo tiempo, interesante de conocer, pero que tenían una causa o que revelaban un enigma acerca del sujeto en cuestión. Por supuesto que leí otras cosas de Freud, pero no me moví por un tiempo de la trilogía: Psicopatología de la vida cotidiana, El chiste y su relación con el inconsciente y La interpretación de los sueños. Todo lo que tenía que ver con el significante me resultaba un descubrimiento apasionante. Podría decir que eso fue un primer momento de descubrimiento del psicoanálisis, pero, en realidad, el momento en el que en mi vida efectivamente descubrí el psicoanálisis fue cuando empecé a analizarme. En mi primer análisis y desde que comencé ese análisis fue un descubrimiento que duró unos años, un descubrimiento que se reiteraba sesión a sesión y creo que en los cinco años que debe haber durado ese análisis aproximadamente. Una vez, en una oportunidad, no fui a sesión, en cinco años. Esto sin darme cuenta absolutamente que sucedía de esa manera. Por supuesto que cuando no fui fue porque milagrosamente no me di cuenta. Eso fue fructífero. Logré olvidarme de que tenía que ir a una sesión por lo menos. Bueno, ese fue un primer o segundo descubrimiento del análisis, de lo que pasaba en un análisis. Me parecía absolutamente maravilloso el descubrimiento más banal, el descubrimiento de que lo que uno dice tiene otro sentido del que uno cree que tiene. Es tan simple como eso. Eso mismo y en la regularidad de las sesiones repitiéndose como sorpresa la mayor parte de las veces, fue otra forma de descubrir el psicoanálisis. Un tercer descubrimiento del psicoanálisis fue cuando hice otro análisis, este mucho más largo, donde capté otra dimensión con una relación a lo real mucho más clara. Digamos que el primer análisis implicaba una relación a lo simbólico y a lo imaginario muy fuerte, pero la relación del análisis con lo real, eso lo capté en el segundo análisis y me pareció también otro descubrimiento, otro tiempo. Hay como tiempos de descubrimiento del análisis.

– ¿Qué cree que puede aportarle el psicoanálisis a la contemporaneidad?

– No sé, debo decir que la palabra «aportar» no me gusta mucho porque implica algo que se recorta y que viene de afuera, de algún exterior, y el psicoanálisis está comprometido en la contemporaneidad. No obstante, bueno, es como si dijéramos qué le puede aportar el psicoanálisis al malestar en la cultura. Lo que sucede es que efectivamente creo que el psicoanálisis puede aportar una… No aportar, sino insistir, molestar, en intentos de civilizar el goce. Como el psicoanálisis tiene una concepción del goce muy desarrollada y lo encuentra, tiene la posibilidad de encontrarlo donde está, en ocasiones puede intervenir de modo que la civilización del goce contrarreste el malestar en la civilización.


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Anabel Salafia. Psicoanalista. Miembro fundador de la Escuela Freudiana de la Argentina, en 1974, junto a Oscar Masotta y otros. Co-Fundadora y Vicepresidente de la Fundación del Campo Lacaniano, en 1991. Miembro de la Fundación Europea para el Psicoanálisis, en donde ha dictado diversos cursos y seminarios. Forma parte de Consejo Científico de la Revista Figures de la Psychanalyse Espace Analytique. Actualmente dicta el Seminario Practicar el Psicoanálisis y el Curso Para entrar al discurso del psicoanálisis, ambos en la Escuela Freudiana de la Argentina. Es autora de los siguientes libros: Esquizia y necesidad de discurso, Práctica y discurso del psicoanálisis, El fracaso de la negación, Carpetas de Enseñanza del Psicoanálisis 1, 2, 3, ¿Qué es el deseo? I y II.


gisela avolioGisela Avolio, actualmente trabaja como analista, es miembro fundadora de la Escuela Freudiana de Mar del Plata, y miembro de Fondation Européenne pour la Psychanalyse. Fue Residente de Psicología en el Htal. Subzonal especializado Neuropsiquiátrico Dr. Taraborelli (Necochea, Bs. As.). Dicta clases en las actividades de la Efmdp, y allí coordina el dispositivo Práctica psicoanalítica con Niños y Adolescentes, desde 2010; actualmente es docente y supervisora de la Residencia de Psicología Clínica de los Hospitales Provinciales de Necochea y Mar del Plata. Y dicta clase anualmente en Centre IPSI de Barcelona. Desempeña la práctica del psicoanálisis en el ámbito privado.


 

Un comentario en “Dos preguntas a Anabel Salafia.

  1. Qué interesante y hasta emociante, encontrarse con las respuestas de Anabel, con las palabras de Anabel, quien nos permite reencontrarnos con el psicoanálisis, una vez más.
    Hay analizantes y practicantes del psicoanálisis pero no siempre, hay RSI en el proceso del análisis.
    Me encantó cómo me permitió leerlo Anabel Salafia.
    Sigamos En el margen.

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