Fotografía, Iris Scaccheri por Susana Thenon.
Cuidado editorial: Gabriela Odena y Marisa Rosso
Su padre católico y psiquiatra se carteaba con Sigmund Freud y su madre, de origen judío, era ama de casa. Ambos estimularon la formación artística de Susana Thénon, desde muy pequeña, quien estudió piano mucho tiempo hasta volcar su interés a la poesía. Comenzó a publicar sus primeros poemas a los 20 años y lo siguió haciendo hasta sus 32 años. Al graduarse en la carrera de Letras, tomó clases aceleradas de latín y alemán. Durante los 12 años posteriores no publicó porque se dedicó a fotografiar a la bailarina argentina Iris Scaccheri con quien viajó por Europa. Mientras una bailaba, la otra dejaba registro fotográfico de sus movimientos en el escenario, una nueva forma de trazar en el papel.
En Thénon hay una búsqueda de la imagen tanto sonora como visual. Buscó el movimiento en la escritura. En sus versos, por ejemplo, hay voces que se desdoblan, diálogos y repeticiones como si fuese una escena teatral. Puso a jugar la voz para que en el cuerpo resuene lo sonoro. Quería que sus poemas se leyeran como una partitura porque sabía que lo poético reside en diferentes lenguajes.
Cuando leía era histriónica, teatral y arrabalera. Ese modo formaba parte de su propia experimentación de la escritura. Mover lo fijo del lenguaje. Su escritura como un oficio de vivir.
Hay un interés en ella por la plasticidad de la lengua que desemboca en un gran interés por el habla popular y en la lengua colectiva.
Yo estoy estirando el lenguaje, rompiéndolo, llevando al máximo todas las posibilidades que puede ofrecerme el español aún con incoherencias y estoy reflejando un estado de cosas al mismo tiempo con esas incoherencias y con esas sinrazones”(1).
Su escritura deviene arte. Se reinventa para llevar de otro modo las heridas. Desarma estructuras y representaciones que se transforman en potencia y afectación. Acaso, ¿el arte no es un ejercicio de reparación?
Pero, ¿es que se le puede llamar dolor a esto
a este vegetar inconsciente de la vida,
mirando ya sin ver,
cicatrizando antes de ser herida?(2)
Lo poético trae el movimiento, la musicalidad, el canto, trasciende la geometría, hace del silencio una potencia y a la vez hace temblar al muro para convertirse en morada. Siempre supo que es una apuesta política.
Thénon descoloniza el discurso dominante al lograr pasar de la lengua del Otro a una nueva otra lengua, la propia. Su escritura no está subordinada a un Uno totalizador que homogeniza, porque piensa a contrapelo de todo sistema de dominación.
Muy convocada por la escritura del poeta y novelista austríaco Rainer María Rilke decidió traducirlo. Es a esos poemas que le agrega algunas de las fotografías que había sacado, amalgamando poesía e imagen, dos artes de escrituras que abren a una experiencia de lo sensible. Una toca a la otra y se extienden entre sí. La poeta entrelaza esos lenguajes con el cuerpo.
Thénon expuso sus fotografías en diferentes lugares. Tituló a su muestra: Humor Blanco y Humor Negro. Ganó el primer premio de fotografía humorística en el Concurso Parisiennes en las Artes. Eran sesenta fotografías en blanco y negro, pertenecientes a cuatro series: Desconsuelos, Geometrías, El otro espacio y Los reales espejismos.
La poesía acontece como una hospitalidad al lector y al escritor, propone una superficie de invención y creación y no de reproducción de los tótems. Como diría Derrida (3), “un acto de hospitalidad no puede ser sino poético”(4).
Recién en 1984 logra publicar Distancias, libro en el que trabajó durante varios años, con el apoyo insistente de Iris Scaccheri. Es en este poemario donde irrumpe su nueva poética, que incluye blancos, quebraduras, ecos y silencios. Con ese libro comienza una poesía nueva para ella. Presenta un carácter circular porque comienza con un primer poema que hace referencia a la detención de la rueda y el último poema de Distancias es el mismo del comienzo: “la rueda se ha detenido (…)”.
En 1986 Thénon le dedica un poema a Iris Scaccheri: “yo quería encontrarte un caracol imperfecto”. Descubrió que entre ellas había cierta similitud en su búsqueda artística. Estaban en la misma sintonía: habitar un espacio en movimiento que salga de lo bidimensional y del sentido e ir por lo musical. Un discurso sin palabras, sonoro, sensible y que afecte los cuerpos.
Yo quería encontrarte un caracol imperfecto
y como Vos y como Nos y como todo lo creado
tu Dios tal vez el mío
sabrá por qué este rojo y este lila
soñará que sabrá que soñaremos
esta salina imperfección
y que sin tiempo ni lugar no hay muerte
y sí quebrada geometría
lumbrecitas de gozo
paraíso dentado por los bordes(5)
En sus poemas escribe al silencio. Renuncia al discurso y luego calla para que resuene ese vacío desvelado. Va más allá de una búsqueda del sentido, le interesa la musicalidad de la lengua.
Thénon montó otro espacio y tiempo, donde el sonido dispone una nueva organización, quebrando el sentido e inaugurando espacialidad poética topológica. Es un decir que hace lazo porque se ensambla con otros cuerpos. Toca lo sensible. En su libro Distancias es donde lleva más lejos lo musical que carece de representaciones.
(…)
hay un país (pero no el mío)
donde la noche es solo por la tarde
(pero no el nuestro)
y así canta una estrella su tiempo libre
toda la muerte pensaré
ya que morir no es mío
y aún alumbro con sangre deslumbrada
(hay un país) el sueño de caída
(hay un país)
y yo conmigo (y siempre)
de amor inmóviles
(…)(6)
El sonido es el soporte sobre el que se despliega el sentido. Provoca un deslizamiento en el sonido y así intenta una nueva significación. Al ensamblar sonido y silencio hace que su escritura sea musical. Su poesía es música, nos hace escuchar el silencio de lo inaudible. Lacan en uno de sus seminarios dice que “se crea una lengua en la medida en que en cualquier momento se le da un sentido, se le hace un retoquecito, sin lo cual la lengua no estaría viva”(7).
Leer a Thénon nos resuena en el cuerpo, nos toca, nos expande, nos ensancha y nos hace vibrar. Mientras el cuerpo se embriaga de esa otredad, la conciencia lucha para evitar encontrarse con lo sensible, racionaliza para comprender y así liberarse de saber que se tiene un cuerpo. Pero si renunciamos a la conciencia y nos dejamos tocar, se presenta algo de lo vivo y destellan nuevas configuraciones de vida.
La escritura toca, despierta, inaugura un encuentro y posibilita un acontecimiento. Mientras que el lenguaje es una maquinaria que genera sentidos y vela lo real en su funcionamiento, el cuerpo está salpicado por la sonoridad sin sentido de la lengua materna: lalengua(8).
El encuentro entre lalengua y el cuerpo es un trauma fundamental que deja marcas. Lalengua es un rizoma de significantes sueltos que afectan nuestro cuerpo con su laleo mostrando la imposibilidad que tiene lo simbólico de recubrir lo real. El cuerpo hablante está afectado por esta polisemia con el que está construido el lenguaje. Es esa musicalidad que se escapa de la palabra, lo que queda por fuera del lenguaje. Significantes disgregados se encarnarán en ese cuerpo afectado de manera desarticulada y eso tendrá sus efectos para cada quién. La poesía permite encontrarnos con lalengua, ahí donde la razón no alcanza, la palabra poética arriba.
En 1987 publica Ova completa donde está el famoso poema: ¿por qué grita esa mujer? y que relanzan las feministas en sus luchas contra la violencia de género.
¿por qué grita esa mujer?
¿por qué grita?
¿por qué grita esa mujer?
andá a saber
esa mujer ¿por qué grita? Andá a saber
mirá que flores bonitas
¿por qué grita?
jacintos margaritas
¿por qué?
¿por qué qué?
¿por qué grita esa mujer?
(…)(9)
La escritura de Thénon presenta algo de la fragmentario, hace equivocar la lengua al quebrar el ritmo o mechar silencios. Subvierte el orden y así escribe una nueva imagen sonora y visual desvelando varios sentidos. Creando una escritura musical. Lacan en uno de sus seminarios escribe que: “La poesía es creación de un sujeto que asume un nuevo orden de relación simbólica con el mundo”.
Mariana Palomino quien integra el grupo de investigación Palimpsestos coordinado por María Negroni, directora de la Maestría en Escritura Creativa de la UNTREF, donde estudian la obra de la poeta, nos cuenta que Thénon antes de morir llamó a Ana Barrenechea y a María Negroni para entregarles en unas bolsas negras de consorcio sus poemas, correcciones, tachaduras, su tinta, sus papeles. Sabía que iba a morir de un momento a otro. Ellas fueron las encargadas de recopilar su obra y reunirla. Es así como en el año 2001 y 2004 la Editorial Corregidor publica La morada imposible en dos tomos y en estos últimos cuatro años los reedita con fotografías, notas, borradores y correspondencia que mantenía Thénon con Barrenechea, donde le cuenta sobre sus lecturas y sus escapadas a San Clemente. También le envía poemas que están en proceso de escritura y le hace algunos encargos fotográficos. Las cartas tienen un tono cariñoso, cercano, compinche y hasta una intimidad burlona.
En el año 2022, la misma editorial, publica Paraíso de Nadie con poemas y prosas inéditas que no habían sido incluidas en ninguno de los dos tomos de La Morada Imposible. María Negroni cuenta que “tras una larga pesquisa en las Bibliotecas de Estados Unidos, di con un texto inédito de Thénon que yo no conocía. El texto estaba en un audio leído por ella misma, llevaba por título Amores planetarios y está incluido en este volumen”. Negroni eligió como título Paraíso de nadie porque remite a un verso de Paul Celan donde no dice que no haya paraíso, sino que ese paraíso es de Nadie. También en el prólogo de Paraíso de Nadie nos cuenta sobre cómo fue su primer encuentro “espantoso” con Thénon cuando fue a su casa a dejarle un ejemplar de su libro y Thénon la recibió unos quince minutos durante los cuales atendió el teléfono como unas cinco veces y le pidió con poco entusiasmo que le dejara un número de contacto “por las dudas”.
Thénon vivía sola pero cuando comenzó a sentirse mal por la enfermedad se fue a vivir al departamento de su madre, ubicado en Arenales entre Larrea y Azcuénaga, aunque la relación entre ellas no era buena. Convivieron en ese departamento en el que reinaba un ambiente lúgubre y oscuro. Murió joven por un cáncer de cerebro. Un año antes de morir tuvo mareos, dolores de cabeza y comenzó a perder un poco la visión. En su partida de defunción dice: Ama de casa.
1. THÉNON, Susana, La morada imposible, Tomo II, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2021, p. 217.
2. THÉNON, Susana, La morada imposible, Tomo II, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2021, p. 15.
3. Argelia francesa 15 de julio de 1930-París al 8 de octubre de 2004. Filósofo francés de origen argelino, conocido popularmente por desarrollar un análisis semiótico conocido como deconstrucción. Es una de las principales figuras asociadas con el posestructuralismo y la filosofía posmoderna.
4. Derrida, Jacques y Anne Dufourmantelle. La hospitalidad, Ediciones de la Flor, Argentina 2008, p. 10.
5. THÉNON, Susana, La morada imposible, Tomo I, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2019, p. 269.
6. THÉNON, Susana, La morada imposible, Tomo I, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2019, p. 107.
7. LACAN, Jacques, Seminario 23: El sinthome, Clase: Joyce y el enigma del zorro, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 131.
8. Término inventado por Lacan en el curso de su enseñanza a través de un lapsus que tuvo. Aclara que lalengua no tiene nada que ver con el diccionario debido a que este tiene que ver con la dicción y con la retórica. LACAN, Jacques, Seminario 19: Ou pire, Clase 1, Versión de Ricardo E. Rodriguez Ponte.
9. THÉNON, Susana, La morada imposible, Tomo I, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2019, p. 137.
Natalia Neo Poblet nació en Buenos Aires en 1977.
Gestora Cultural de diferentes actividades que tratan sobre psicoanálisis, literatura y/o poesía. Licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Practicante del psicoanálisis.
Colabora con el Suplemento Soy de Página /12 y con Fundación La Balandra, entre otros.
Conduce La Solapa junto a Laura Galarza, Canal de YouTuBe donde recomiendan libros de literatura.
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