En este texto, Silvana Tagliaferro, interroga la relación del decir al dicho, efecto de verdad mediante. Una verdad medio- dicha, en tanto la misma tiene estructura de ficción, no es verdadera ni falsa y es del orden de lo apofántico.
Dando cuenta de la enseñanza que Lacan produce en L’etourdit respecto de lo apofántico, la interpretación y el lugar que el decir de la psicosis tiene a partir de la escucha analítica, la autora ejemplifica, a través del dispositivo de la Presentación de enfermos, cómo no en todo discurso un decir viene a ex -istir. A la vez que nos recuerda que L’etourdit es un homenaje al 50 aniversario del Hospital Henrie Rousselle, donde Lacan realizaba estas Presentaciones de enfermos.
Los editores de En el margen agradecemos a Silvana Tagliaferro, su trabajo e invitamos a los lectores a abordarlo.
Helga Fernández, edición.
“Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se oye” [I]Frase que pasa con la luminosidad de un rayo y que Lacan escribe en L’etourdit.
Escribe en una estructura lógica- fálico arborescente de cuatro pisos:
1-Que se diga- (decir)
2-Queda olvidado
3-Detrás de lo que se dice –(dicho)
4-En lo que se oye
El decir queda olvidado detrás del dicho. L’ etorudit plantea el tour del dicho. La vuelta que Lacan le propone al “dit” porque el decir está excluido, queda olvidado, a no ser que un dicho lo “rescate”.
Se trata “en lo que se oye”, de ese aturdimiento que plantea un hecho falso como retorno del olvido respecto del decir. Lo que se oye a través del semblant cubre un decir ausente.
Comprimido en un dicho surge el sujeto en tanto el discurso analítico pone en marcha ese vacío de significación del decir donde siempre hay un a- muro porque no se le habla a alguien. Si le hablo a las paredes, en el partenaire analista rebota “eso” que porque se dijo o no se dijo, se escuchó o se olvidó interesa como dicho en tanto hace existir un decir.
“Que se diga” plantea una cupla: dicho- decir. Si bien no hay dicho sin que se diga, el interés no es el dicho en tanto decir porque la verdad no existe en el decir por si misma sino que importa el recorrido donde una verdad a medias se oye con la modalidad del subjuntivo.
L’ etorudit escritura el equívoco en un neologismo, dando cuenta de la hechura real y por tanto aversiva al sentido. Entre falsedad y ausencia. Falsus de la función fálica que apres coùp descubre un sujeto en el despliegue de un análisis y que no viene sino al lugar donde vela la ausencia de sentido que Lacan escribe con un axioma “No hay relación sexual”. El falo, en tanto significante, opera en ese equívoco entre una falsedad y una ausencia. Atolón(dra)dicho que da vueltas en torno de un vacío recortado por la ausencia de relación sexual.
Partición de la que es efecto el sujeto entre dichos y un decir ausente porque el objeto falta dando cuenta de porque el decir no es la voz. El decir es un acto[II].
El decir del análisis.
Lacan insiste en plantear que el discurso del análisis lo hacemos interrogando la relación del decir al dicho. Un decir de la clínica se especifica con la demanda, cuyo estatuto es modal y se modula gramaticalmente: “Que se diga queda olvidado detrás del dicho en lo que se oye” No se dirime en términos de verdadero o falso sino que se coloca en el dominio del acto, de la contingencia. Tiene que existir un decir para que haya dicho, pero por el decir ya no responde la verdad sino la existencia.
Y “Otro decir”, “el decir del análisis” privilegiado como la interpretación, que no es modal sino Apofántica. Ambos decires son sin enunciado, no hacen proposición. La demanda es inconsciente y la interpretación en tanto apofántica es particular, interesa al sujeto de los dichos particulares. Siendo verdadera por sus consecuencias.
Para Aristóteles el juicio apofántico es aquel que pone en juego un valor de verdad, valor que en un análisis un analizante declarará como justo. Una verdad donde “no todo es dicho”. Lo apofántico apunta a la verdad del sujeto en tanto atañe a la causa del deseo, y por tanto puede afirmar o negar pero lo que interesa es que produce un efecto de verdad. Esa dimensión será siempre medio- dicha en tanto la verdad tiene estructura de ficción. No siendo apofánticas las peticiones, las indicaciones, los ruegos, las intervenciones que buscan persuadir o convencer. Lo apofántico es un efecto de verdad que no significa que lo que decimos sea verdadero o falso.
Cuando Lacan propone que:
“El decir del análisis, en tanto es eficaz, realiza lo apofántico, que con su sola ex -sistencia se distingue de la proposición”[III]
Sitúa una ética y una eficacia del análisis, del decir del análisis: que realice lo apofántico. Distinguiendo y ubicando un sitio para la función proposicional, el verdadero- falso.
La proposición ofrece el único apoyo para suplir el au- sentido de la relación sexual. En otros términos, “No hay relación sexual” pero sí relación al falo. La función fálica es la Fanera única (tejido) que al proceder como suplemento se organiza como función. El falo, en tanto significante entra como falso a suplir una ausencia y funda el campo de lo verdadero que debemos considerar como ficción. Si no se considera el sentido falso y ficcional que define el campo de lo verdadero se producen graves consecuencias en la intensión y en la extensión del psicoanálisis por pretender demostrar una verdad sin ficción. Todo lo que reniega de la ficción excluye el campo de lo verdadero. Recordemos que Lacan nos enseña en RSI que “lo imaginario es el lugar donde toda verdad se enuncia”.
Entre “en lo que se oye” y el decir hay una falla que no es sólo malentendido. Ahí se establece el recorrido del dicho. Primero como una verdad que míticamente se sostiene como aser-tórica cual discurrir esférico. Hasta que llego a una falla, un lapsus, un dicho que corta el decir para hacer entrar otra dimensión. Detumescencia del falo, donde lo falso se entiende falsus- caído. El análisis accede allí a través de otro dicho, un otro dicho- mansión. Dit-mensión que se plantea en el semblant que el analista lee como resistencia o a -versión, precipitando la caída del objeto a con que se anima el corte. Caída a la que Lacan dice que El analista se da con devoción. Será preciso que en un punto del discurso algo se inscriba en falso contra la función fálica para lo poco que se pueda aspirar de existencia. La incapacidad del falo para sostener una estética de las luces nos conduce más que al brillo al elogio de la sombra que nos permite descender al deseo.
El análisis va hacia ese vacío de sentido, que no es lo mismo que el no sentido o el sin sentido. El vacío hacia el que conducimos un análisis implica la caída del objeto a, que produce una reforma topológica, lo a- esférico en la mentalidad para volver a lo esférico del sentido desde una fixion, fijación distinta.
Olvido que L’ etourdit es un escrito?
Barthes plantea: Escribir es precisamente encontrar de nuevo el riesgo apofántico.
L ´etourdit es un escrito insondable. Una contribución como homenaje al 50 aniversario del Hospital Henrie Rousselle donde Lacan realizaba sus Presentaciones de enfermos. Ahí se reunía con un grupo de jóvenes con quienes sostenía esta práctica.
Las presentaciones de enfermos eran una práctica viva de su enseñanza, no es difícil hallar en sus seminarios referencias a los casos que en ese sitio desplegaba desplazando esta praxis del campo de la mirada al discurso analítico. Hasta ahí las mostraciones verificaban un saber existente a- priori a la palabra del sujeto, el maestro francés invierte esta posición: el sujeto es efecto del dicho por eso hace falta que se diga.
Si la forclusión del decir [IV] es un punto común para toda mentalidad, incluso en campos tan desperdigados como el oráculo plagado de sentido común o en el fuera-de- discurso de la psicosis, que haya sido necesario el discurso analítico para que esto llegue a decirse pone en acto suficientemente que no en todo discurso un decir viene a ex -istir.
Lacan sostiene en este escrito, un escrito homenaje al Hospital donde realizó lo vivo de su enseñanza que “mi discurso no es estéril… él se demuestra pudiendo sostenerse aún con la psicosis. Más afortunado que Freud, quien para abordar su estructura tuvo que recurrir a ese resto que son las Memorias de un difunto, … Es de un retomar de mi palabra que nace mi Schereber ”.
En las presentaciones de enfermo, en las psicosis, aun estando fuera de ese artificio que propone el lazo al padre, Lacan demuestra su invento. Inventa una estructura donde se produzca un dicho. Y esto a través de la estructura de las Presentaciones donde Lacan no muestra sino que demuestra una lógica.
“Tuve un caso” dice en el Seminario El Sinthome, lo cual implica la construcción, las condiciones de posibilidad para un dicho. En las presentaciones de enfermos Lacan propone que alguien expuesto a la imposición de la palabra o fenómenos si se produce la estructura adecuada puede hacer que emerjan fenómenos inauditos. Y en esto consistía esta práctica para Lacan.
La presentación de enfermos propone una estructura donde sea posible producirse un dicho. La cual está sostenida en tres lugares que no son aleatorios sino que pone en acto una función de estructura. Entre el entrevistado y el entrevistador está el público que como tercero funciona como “escucha silenciosa”. La función del público es nodal y condiciona este artificio. El auditorio sostiene el lugar de oyente. En lo que se oye, puede llegar a ser enloquecedor si no se acalla. La condición del silencio llevó al error de creer que se trataba de estar callado cuando es allí que se produce el lugar del silencio como ausencia. Es el lugar donde se soporta el vacío de sentido donde encalla lo sexual. Si eso calla, la caída da lugar al “que se diga”. Produce lo apofántico en ese montaje de la Presentación de enfermos al injertar el silencio sostenido en el auditorio para que no retorne como voz.
Pero esto, es sólo en determinadas condiciones que se produce.
La forclusión de sentido que se tolera en un imaginario doble, donde al menos dos sentidos sean posibles aquí queda ubicada en el público. Que se realice lo apofántico como eficacia del decir del análisis no es sin que se posibiliten la vías para su realización. Esto pone en acto el deseo del analista. Para que exista un dicho del que es efecto un sujeto es preciso vaciar de predicación esta lógica.
Lo apofántico se realiza o no se realiza. Que se produzca no es sin condiciones. Si no hay lugar para la ausencia del decir retorna el aturdido como voz alucinada o con la ferocidad del superyó en la demanda. Introducir la modulación del subjuntivo da el respiro del anhelo y de enigma para quien tolere que lo mental sea inestable.
Referencias
- Lacan “L’ etourdit” Ed Paidos
- Lacan “L’ etorurdit “ Version Escuela Freudiana de Bs As- Escuela de Psicoanalisis Sigmund Freud de Rosario
- Lacan, Seminario “ RSI”
- Lacan Seminario “El Sinthome”
Junichiro Tanizaki “El elogio de la sombra” Ed Siruela
Daniel Paola “Inconsciente, sentido y forclusión” Ed. Letra Viva
Colección Convergencia Autores: N. Bolomo, E. Feinsilber, J. Fernandez, A. Franco, G. Levy, D. Mutchinick, D. Paola y H. Ruda “L’ etourdit. La lectura como política” Ed Letra Viva
[I] J. Lacan “L’ etourdit” Ed Paidos
[II] J. Lacan, Seminario RSI
[III] J. Lacan, L’ etourdit. Versión Escuela Freudiana de Bs As- Escuela de Psicoanalisis Sigmund Freud de Rosario
[IV] J Lacan, Seminario El Sinthome, clase del 16 de marzo del 76.
* Acerca de la autora:
Silvana Tagliaferro: Licenciada y Profesora en Psicología de la UNLP, Psicoanalista. Desde el cuarto año de la carrera comenzó su formación psicoanalítica. Integrante de la Cátedra de Clínica de Adultos y Adolescentes de la UNLP de 1998- 2004. Trabajo en Clínicas Neuropsiquiatricas durante 8 años. En el 2004 fundó junto con otros colegas la Escuela Freud- Lacan de La Plata. Ha participado en la Comisión Directiva fundadora y en el cargo de Presidente de la Escuela durante la gestión 2011-2013. Despliega su práctica clínica en La Plata y en Bs As. Supervisora de la Residencia de Psicología de Moreno. Ha presentado trabajos y ha participado en congresos de Convergencia y en la Reunión Lacanoamericana. Desarrolla en seminarios y grupos de investigación en la Escuela Freud- Lacan de La Plata su investigación clínica.