La Clave del Éxito o a título de un fracaso. Por Mariana Pereyra.

En el Museo del Prado en la sala de la escuela Flamenca se encuentra una pintura que atrapa la mirada, se trata de un óleo renacentista del pintor Jan Sanders van Hemessen que lleva por título El cirujano. La escena que nos representa el pintor tiene lugar en un espacio público, un mercado, donde un cirujano extrae la piedra de la cabeza a un paciente, acompañado de una anciana que ayuda al cirujano a sostener la cabeza del enfermo y una joven (probablemente su hija) que prepara los ungüentos. Magistralmente se nos revela la intención del pintor en la expresión sarcástica del doctor,  denuncia la condición de impostor del mismo cuyo único fin es el dinero.  El tema de la extracción de la piedra de la locura es un tema recurrente en la pintura flamenca. En El Bosco nos encontramos precisamente bajo ese título representada una escena similar.

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Me pareció  sumamente interesante que ya en la Edad Media, a partir del lenguaje pictórico los artistas se anticiparon  y (parece fueron a la vanguardia), poniendo de  manifiesto la impostura de una práctica que se sostiene  en un saber,  preanunciando  lo  que sería la práctica médica devenida en ciencia y que se pretende como tratamiento del sufrimiento humano. En la actualidad en lugar de la piedra nos encontramos con los circuitos neuronales, la sinapsis neuronal como causal de las emociones y conducta que se pretende readaptar o reeducar. Incluso la piedra podría ser sustituida por  ese pequeño artefacto, objeto tecnológico de consumo masivo que hace del sujeto  capturado en la pantalla, “en línea” o “disponible” en una temporalidad sin interrupción,  clavando “el visto”  y clavado como objeto consumido en esos objeto de consumo.

En tanto molestia supondría,  tal como lo representa el cuadro, ir en la dirección de sustraer y suprimir aquello que se presenta como malestar para un sujeto.  Para el psicoanálisis, también se trata de una operación de sustracción pero de aquello que el parletre nos muestra como padecimiento, padecer del sentido, por lo tanto se trata de una operatoria sobre el sentido que soporta el síntoma.

Me serví de estas pinceladas para introducir lo que sería oportuno  abordar: ¿Desde qué lugar el analista sostiene su posición?

Por otra parte,  diría que lo inédito del lazo que se establece cada vez que hay encuentro entre un analista y un analizante,  es el efecto que se produce en el entre. Segunda cuestión a interrogar  sería  entonces: ¿A  qué nos referimos en psicoanálisis cuando hablamos de eficacia?

Tal como el título lo anunciara, resuena la melodía de una canción La clave del Éxito, la articulación que propongo es partir del fracaso que implicaría ir en dirección opuesta al éxito o el triunfo. Término que resultaría incómodo, cargado de un sentido pesimista, en tanto alude al malogro o resultado adverso a lo que se espera;  sin en embargo tanto en Freud como Lacan el fracaso se presenta como una paradoja.

En Freud lo ubicamos en el célebre texto “Los que fracasan cuando triunfan”. En Lacanencontramos que  tanto en La Tercera como en el texto que le antecede y con el cual hace serie,  el segundo  discurso que celebrara en Roma y que lleva por título “El psicoanálisis.  Razón de un fracaso”, donde nos invita a los analistas a interrogar la práctica y agrega “ a renovar el estatuto del inconsciente”.

Freud encuentra en la experiencia clínica algunos tipos de carácter que parecen no ir en la dirección de lo se espera como un éxito terapéutico, los tres tipos a los que se refieren son  las excepciones, los que fracasan al triunfar y los que delinquen por conciencia de culpa.Freud con su agudeza clínica nos viene a indicar que hay sujetos que, inversamente a lo esperable, fracasan al triunfar.Aquello que se presenta como carácter y no como síntoma, es decir pausible de desciframiento, en apariencia vendría a contradecir la tesis freudiana que supone al síntoma como resultado de un conflicto psíquico entre instancias por lo cual la posibilidad de una satisfacción pulsional se ve coartada, dando como resultado una  formación sustitutiva que conlleva una satisfacción ya no reconocida como tal por el yo.

Para su sorpresa dice Freud, justamente hay hombres que se enferman cuando se les cumple un deseo hondamente arraigado y por mucho tiempo perseguido.

El hallazgo freudiano en relación a estos  tipos de carácter encuentra en la conciencia moral su punto convergente, articulando la satisfacción,   paradójicamente a la instancia que exige cada vez mas renuncia, el superyó de la segunda tópica. Conciencia moral que muestra al  imperativo categórico como  imperativo de goce, alianza  que Lacan sellará entre  Kant y Sade.

Por otra parte, ubica en  ciertos sujetos que se presentan como “excepciones” a cualquier mandato, precepto u orden que implicase una renuncia pulsional,  con el argumento de que han sufrido y se han visto  bastante privados por lo cual gozarían del derecho a quedar excluidos.  Freud nos dice que todo fin terapéutico que se proponga como pedagógico lleva al fracaso, aunque afirma que para dicha  labor conviene servirse de algunos componentes del amor.

Propone entonces, rastrear las fuentes que alimentan ese dañino prejuicio. Enlaza la neurosis de carácter a las vivencias más tempranas en las que dice Freud, “se sabían inocentes y pudieron estimar como un injusto perjuicio hacia su persona”. Ahora bien, esto es lo nodal de las neurosis, no solo de aquellos que se presentan como excepciones. Lo nodal del complejo de Edipo ¿Entonces en que reside su particularidad?

Magistralmente Freud y sirviéndose de las letras de Shakespeare, ubica que en el monólogo de Ricardo III, no se dice todo. Se pregunta por qué lejos de producir en el espectador-oyente un rechazo por el personaje malvado, produce por el contrario la simpatía y empatía- Agrega “Ricardo III no lo dice todo, lo insinúa. La injusticia de la cual ha sido víctima”. Es el efecto en el espectador lo que resalta Freud, ¿cómo no sentirse identificado con el héroe quien antes de convertiste en malvado fue objeto de perjuicio? Aunque la condición de objeto yano sería exclusividad de algunos sujetos sino que es por el lugar de la falta en el campo del Otroque se ingresa siendo objeto que completaría esta falta. Ingreso a un mundo a la cultura no sin una perdida.

Lo que Freud está poniendo de relieve es la identificación en juego. ¿Acaso no se trata en el curso de un análisis, de la caída de cada una  de las identificaciones en las que el sujeto queda retenido y fijado a un modo de goce? Recordemos que por identificación Freud entiende como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona. Por otra parte  subrayemos las letras del maestro y lo que señala como al pasar servirse de los componentes del amor…” es decir amor de  transferencia.

Es la transferencia, como lazo inédito que implica la puesta  en acto del Sujeto supuesto saber, escena en la cual se sub-vierte el saber supuesto al  analista implicado en la demanda,  efectuándose  como saber del inconsciente del analizante, único en juego en la transferencia aunque como lo formaliza  Lacan, el analista es parte en tanto formación. Agregaríamos que ello se efectúa si el analista se presta a rehusar dicha demanda aunque prestándose a ser tomado por la transferencia, en el lugar del semblante de objeto a y sosteniendo como función el deseo, es decir, la falta.

Si es a partir del síntoma, en tanto  formación del inconsciente que  no es cualquiera pues es por la vía del padecimiento que comporta, por lo cual alguien dirige su  demanda (por ejemplo que se le restituya a un estado anterior) y en esa dirección se encuentra con un analista, entonces la respuesta a dicha demanda es lo que diferenciará al psicoanálisis de otras prácticas, incluso de aquellas que también  operan a partir de la palabra.

Si en el primer discurso en Roma, inaugural, Lacan propone un retorno a Freud, en tanto retoma la vía que el maestro nos legara, me estoy refiriendo a ese escrito fundamental, “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, ubicando al Inconsciente freudiano en el campo del lenguaje, entonces el síntoma como producción del inconsciente es un hecho del lenguaje, su hechura es de palabras. Momento de la enseñanza Lacaniana en la que hay una primacía de lo simbólico.

Por el contrario, en La Tercera, año 1974 sostiene una tesis muy fuerte con implicancias políticas y que tendrán consecuencias en cuanto  el porvenir del psicoanálisis. Declara: “llamo síntoma a lo que viene de lo real”

Entonces el síntoma no solo mostrara su cara significante donde el   sentido es efecto de la  articulación de la cadena significante (inconsciente estructurado como un lenguaje) sino que a partir de  la orientación  del nudo RSI, dice Lacan, el sentido del síntoma ES lo real.

Si por Real entendemos aquello que se presenta como lo que no marcha, lo que se pone en cruz para impedir que las cosas anden, aquello que se presenta bajo la forma de malogro. Fracaso del goce. Lo real definido en sentido lógico, como lo imposible, entonces lo real no es el mundo, el de las representaciones, sino eso que insiste en volver al mismo lugar.  Por ello nos advierte que no hay esperanzas de alcanzar lo real por vía de la representación.

Una cita que insiste y que me sigue interrogando.” El sentido del síntoma depende del porvenir de lo real, por lo tanto como dije en la conferencia de prensa, del éxito del psicoanálisis” y más aun continua: “A éste se le pide que nos libere de lo real y del síntoma a la par, si eso ocurre, si tiene éxito con esta demanda puede esperarse cualquier cosa, a saber un regreso a la religión verdadera (…)”.

cirujano3Se trata de un pensamiento complejo que enuncia cierto escepticismo en cuanto al futuro del psicoanálisis no obstante nos anticipa una dirección y una responsabilidad en tanto sostener  vigente una praxis que fracase en responder a lo que se le demanda, sean cual fueran  las presentaciones de la época  mediante las cuales se expresa el mal-estar. Su logro (en tanto eficacia) reside en malograr lo que se demanda allí donde la ciencia y la religión se esfuerzan por taponar, arreglar o cancelar, eso que viene de lo real que no cesa no de no inscribirse, donde el síntoma como cifra muestra lo que no cesa de escribirse de lo real.

Resaltemos que hace depender el psicoanálisis del porvenir de lo real y no a la inversa, es decir que lo real dependa del porvenir del psicoanálisis. Y si lo que vino después de la muerte de Lacan  nofue demasiado diferente  a lo que asistieron tanto Lacan  comoFreud, testigos de una época,de lo in-mundo y las secuelas de las  guerras;  el avance del fascismo y  la segregación;  el porqué de la guerra que tanto interrogaba al maestro vienés y el horror de Hiroshima (aunque  por suerte también con Margueritte Duras  HiroshimaMon a mour). Entonces vuelvo a la pregunta inicial: ¿desde qué lugar sostenemos nuestra práctica?

A  propósito, Lacan nos señala lo que ofrece la ciencia,  esos objetos, pequeños artefactos, objetos de consumo. Un  hallazgo, buscando la definición de Gadgest a lo que se está refiriendo, encuentro que es el nombre precisamente  que los científicos del Proyecto Manhatann dieron a la primera bomba atómica. Y nos advierte del riesgo de quedar también los analistas reducidosa  esos objetos que hacen del sujeto una mercancía bajo el imperativo de gozar, anticipando de esta manera los interrogantes que nos suscita nuestra práctica actual, a diario nos vemos en la disyuntiva  de si responder o no por whatsaap, el poder y alcance  de las redes sociales, intervenir en la urgencia a través de una pantalla, por citar algunas cuestiones

Por el contrario, Para Lacan implica sostener vigente la dignidad del síntoma, como lo propio y singular para cada sujeto, pues dice del modo de gozar de cada uno, por ende, de un saber hacer con el síntoma. Introducir el fracaso en el horizonte de nuestra práctica, allí donde el acto no es de lo logrado, es el desafío cada vez. Tal como efectuara Lacan un retorno a Freud pues el inconsciente nuestro ya no es el freudiano, la vigencia del inconsciente unsiglo después de su descubrimiento  por el maestro vienés, nos compromete a sostener  más bien en el Inconsciente lacaniano no solo estructurado como un lenguaje sino en tanto la una equivocación, lo no sabido que sabe del fracaso. Este inconsciente no ontológico sino del orden de lo no realizado, es el de la metida de pata, el lapsus, el del fracaso de la una equivocación

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Lo no sabido, falla en el saber, cadena significante, S2 que al mismo tiempo que se produceefectuándose como borde que circunscribe el agujero, ese ombligo que se constituye a partir de la operación de la Represión primoridal, la Urverndrangung, por lo que el inconsciente no sería más que una representación vacía,  entonces esta dimensión de lo no  sabido que fracasa en tanto equivoca en escribir lo imposible de  la no relación sexual, la no correspondencia entre lo que es del orden del significante y la cosa, Das Ding.

 

Para ir concluyendo, es esta vía la que nos transmite Lacan, con su segundo discurso en Roma, paradójicamente 14 años después desu pronunciamientoen  Función y Campo, vuelve hablar esta vez de la razón de un fracaso. Paradójicamente porque en el contexto en que efectúa el mismo, lejos de ser un fracaso si se lo mide con la vara del éxito, pues la publicación de sus Escritos había  sido un “éxito de librerías”.

 No sin agudeza e ironía con la que encanta a su auditorio, les dice “Cómo ese éxito me vale la atención de la asamblea presente, resulta paradójico que yo me produzca frente a ella a título de fracaso”.

A título de un fracaso…de nuevo nos encontramos con un  tono que transmite pesimismoen cuanto al futuro mismo de su enseñanza, luego desu salida ya de los círculos oficiales de formación impartida por  la IPA y  su excomunión por no profesar  con la oficial, a lo cual  Lacan responde con la puesta en acto de sostener su enseñanza, señalemos que incluso este discurso es de la misma época que el Seminario que lleva por título “El Acto analítico”.

Ahora bien, su preocupación alcanza al interior mismo su enseñanza, denunciando una “detención del pensamiento psicoanalítico”, conlo que se encuentra es con la resistencia incluso entre sus seguidores, por lo que su propuesta es la de interrogar, poner en cuestión al analista mismo.

Sin embargo ante este estado de situación, es en su propuesta y apuesta dondese vislumbra una salida, una esperanza dirá,  es en su único invento, el objeto aLa differancce, con una a. “Eso deja una esperanza para lo que Freud consigna como relevo del catecismo”.

Acto del analistaque aprescoup se leerá en tanto puesta  en acto de un lugar que haga relevo del catecismo,  donde neurosis y religión van de la mano, que haga del a relevo del plus de gozar, poner en  causa el deseo para un sujeto. Se tratará de recoger el guante entonces. Punto de neutralidad, punto neutro, punto triple como lo sitúa en L’insú, de subversión del sentido  allí dónde se es aspirado por lo real, el lugar del analista como semblant de objeto a.

El objeto a, invento lacaniano más que esperanza, pues en ese terreno se erige la religión, en-causa, traza un surco. “Estar sin esperanzas es también estar sin temor” (cita de Lacan en escrito mencionado).


Referencias Bibliográficas:

Freud, S. Algunos tipo de carácter dilucidador por el trabajo Psicoanalítico. Obras Completas. Tomo XIV. Ed. Amorrortu.

– Freud, S. Psicología de las Masas y análisis de yo. Obras Completas- Tomo XVIII. Ed. Amorrortu.

Lacan, J. De Roma 53 a Roma 67. El Psicoanálisis. Razón de un fracaso. En Otros Escritos.  Ed. Paidós.

Lacan, J. La Tercera. En Intervenciones y Textos 2. Ed. Manantial.

– Lacan, J.L’insú  quesaitdel’unebeuves’aile omourre. Versión inédita. Traducción Susana Scherar y Ricardo Rodríguez Ponte. Circulación interna Escuela Freudiana de Buenos Aires.


mariana pereyraAcerca de la autora:

Mariana Pereyra, nació en Coronel Moldes, provincia de Córdoba, dónde realizó sus estudios primarios y secundarios, se trasladó a la ciudad de La Plata para realizar sus estudios Universitarios en la facultad de Bellas Artes y en la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Se gradúa de Licenciada en Psicología en el año 2003 e inicia su formación y práctica como psicoanalista en dicha ciudad.

En al año 2004 junto a otros analistas platenses luego de sostener un espacio de intercambio clínico, fundan la Escuela Freud-Lacan de La Plata, institución de la que forma parte desde entonces. Concurrente en el Hospital Gutiérrez de la ciudad de La Plata, servicio de Salud mental, atención clínica de niños y adolescentes, durante los años 2005-2008.

Participante de la Reunión Lacanomericana de Psicoanálisis, llevada a cabo en las ciudades de Bahía Blanca (2009), Buenos Aires (2013), Montevideo (2015) y Río de Janeiro (2017). Enseñante en los espacio de formacióny transmisión de la Efla, participación y presentación de trabajo en Jornadas Abiertas   y Jornadas de Carteles de la Efla. Publicó diversos artículos en la Revista Moebiana, publicación de la Efla.

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