Por Gisela Avolio.
Editorial, Helga Fernández.
-¿Cómo y cuándo descubrió el psicoanálisis?
-Sabía de la existencia del psicoanálisis mucho antes de descubrirlo, en sentido estricto, y desde mucho antes tenía en un pedestal a Freud junto con Marx. El punto era que yo —era uno de mis problemas— “amaba la verdad”, y como ya me había convertido en un descreído de la religión, pensaba en Freud y en Marx como aquellos autores que sí revelaban una verdad más allá de las apariencias, una verdad que yo ansiaba encontrar.
Soy del 52 y fui un militante en los 70, y en esos años me vi envuelto en situaciones “muy locas”, por llamarlas de alguna manera—propias de “Los demonios” de Dostoievski y de “Los siete locos” de Arlt—, y fue por esa “locura revolucionaria”, de la que yo participaba, como uno más de los tantos, que entendí, en algún momento, que sí o sí debía analizarme. A pesar de mi temor, que era… ¡que me adaptaran al sistema! Recuerden que en esos años, en medios militantes, se consideraba al psicoanálisis como una práctica de pequeños burgueses individualistas.
Teniendo en cuenta ese temor me fue difícil al principio descubrir a dónde dirigirme, pero tuve suerte porque no tardé en encontrarme con “Roberto Arlt, yo mismo”, el texto de Oscar Masotta. Y ahí ya no tuve dudas, y a pesar de que Masotta ya no estaba en el país, sí estaba su Escuela, y no necesité más. Ahí busqué y encontré con quién analizarme.
-¿Qué considera que el psicoanálisis puede aportar a nuestra contemporaneidad?
-«Consideraciones sobre la guerra y la muerte”, consideraciones sobre la verdad y la mentira, consideraciones sobre qué y cómo hacer con los síntomas que padecemos, y muchas “consideraciones” más que están diseminadas, principalmente, aunque no únicamente, en las obras de Freud y Lacan. Pero más que todas esas “consideraciones”, todas muy importantes, creo que lo que aporta y viene aportando desde hace mucho el psicoanálisis, es una práctica de discurso que puede permitirle a cualquiera, que tenga problemas con eso, “trabajar y amar”, es decir, poder llegar a hacer algo de, y con, su existencia.
Osvaldo Arribas. Psicoanalista. Analista Miembro de la Escuela Freudiana de la Argentina desde 1979. Nominado A.E en 1993. Co-Fundador y Miembro del Consejo de la Fundación del Campo Lacaniano desde 1990. Ha publicado trabajos y artículos en la Argentina y en el extranjero.
Avolio, actualmente trabaja como analista, es miembro fundadora de la Escuela Freudiana de Mar del Plata, y miembro de Fondation Européenne pour la Psychanalyse. Fue Residente de Psicología en el Htal. Subzonal especializado Neuropsiquiátrico Dr. Taraborelli (Necochea, Bs. As.). Dicta clases en las actividades de la Efmdp, y allí coordina el dispositivo Práctica psicoanalítica con Niños y Adolescentes, desde 2010; actualmente es docente y supervisora de la Residencia de Psicología Clínica de los Hospitales Provinciales de Necochea y Mar del Plata. Y dicta clase anualmente en Centre IPSI de Barcelona. Desempeña la práctica del psicoanálisis en el ámbito privado.
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