Cuidado editorial, Mariana Castielli y Marisa Rosso.
El sábado 29 de octubre de 2022, a las 16 hs. de Argentina, tuvo lugar un encuentro* donde, a través de una entrevista de Helga Fernández a Daniel Sibony, se presentó el libro de este autor: “Entre dos. Compartir el origen”; traducido al español por Sara Vassallo, y coeditado por Archivida y En el margen.
La primera edición del libro fue publicada en París, en 1998. Esta edición, de agosto de este año, cuenta con un nuevo prólogo y un nuevo epílogo. Entre sus páginas hallamos un tratamiento de cuestiones que, tanto como en 1998, lamentablemente, continúan siendo parte de la contemporaneidad: el recrudecimiento de una derecha neonazi; la cuestión de los inmigrantes y la tragedia de los refugiados; la desocupación laboral; la segregación, y, lo que enrostra la figura del extranjero. Cuestiones, todas, que nos llevan a reconocer que no somos lo suficientemente modernos y que el pasado no es precisamente aquello que dejó de pasar.
Fernando Montañez, Marisa Rosso, Horacio Medina, Gisela Avolio, Mariana Castielli, Victoria Larrosa y yo, Helga Fernández, cada uno de lxs editores de ambas editoriales, decidimos publicar este texto en nuestra lengua, porque aquí se construye, crea e inventa el entre/dos.
El entre/dos no es un término, ni un concepto; es un operador y una dinámica que acerca una alternativa Otra ante el encierro de los binarismos, pero también ante la forclusión de las distinciones. Es un recurso que, además de cifrar aquello sobre o desde lo que habla, interviene políticamente en cualquier razón purista, totalitaria y con pretensión de síntesis, en tanto estas siempre están dispuestas a resolver, lo que sea que haya que decidir, restringiendo la complejidad de las variables en juego a través de conjuntos y clasificaciones cerrados. Por ejemplo, desde esta dinámica del entre/dos la muerte no es un acontecimiento simple aunque casi siempre pensemos en ella como algo unitario en su pura simplicidad, existe quien aún no ha muerto, aunque algo muera en sí cada día; el que está muriendo, el muriente; el que ya murió y continúa descomponiéndose, pero sigue vivo en quienes lo recordamos y, el que murió de toda muerte, incluso de aquella que Lacan llamó “segunda”. En fin: nada cuestiona más la noción de absoluto que el entre/dos,
Daniel Sibony se ubica y nos ubica en una zona fronteriza, no demarcada con nitidez, ni de una vez y para siempre, sino tendiente al movimiento de intercambio e inmixión. No existe el bien y el mal, la mujer y el hombre, la vida y la muerte, ni ningún otro par de significantes en oposición, sin mezcolanza, oxímoron y juntura.
Este entre/dos no borra las fronteras ni la necesidad de tomar posición llegando el caso; por el contrario, abre el espacio del limes, se asienta en su riqueza y diversidad, y advierte que la ética no supone una simplificación forzada a decidir “esto” o “aquello”, sino la construcción de un saber-hacer con las contrariedades.
Si lo habitual es pensar el límite como lo que nos restringe y entonces nos oprime y queremos transgredir, Sibony transforma su sentido y significación al considerar el entre/dos como parte del espacio que habitamos desbordado de toda comparecencia y plenitud. Su entre/dos supone una correlación entre términos que nunca son conmensurables pero que hacen a su propia alteridad, mutuamente. Como si se tratara de una alteridad que no es la intemperie unívoca de una simple exterioridad, sino algo mediado, tamizado e intervenido por lo otro.
Digamos que la topología de este entre/dos es todo lo contrario a una o más cápsulas encerradas en el claustro esférico de su propia transparencia; es una zona de pliegue, repliegue, elongación y acotamiento, cuyos fluidos aparecen, desaparecen, se ensanchan, se achatan, realizan y desrealizan. Algo así como un lugar donde los pórticos de apertura se arremolinan y acontecen; un sitio, en constante modificación, desde el que brota lo nuevo y lo singular.
En la Roma antigua, el limes era un territorio habitado, y más aun: cultivado. Era cambiante en proporción a la relación entre sus dos espacios y ámbitos distinguidos (el Romano y el extranjero); pero, a la vez era una zona bifronte en estrecho contacto y de frágil demarcación. Quizás el limes haya sido un modo de espacializar el entre/dos donde los límites confluyen y refluyen el uno respecto al otro, y donde se adquiere la experiencia de que lo yermo se produce cuando ese lugar de intercambio y fertilidad se fija y cristaliza.
El entre/dos es el temblor entre el espacio del tiempo y el tiempo del espaciamiento. Atascar su dinamismo es igual a quedarnos sin habitat, atópicos, y volvernos locos de unicidad.
Daniel Sibony nació en Marrakech, en una familia judía residente en la Medina. Su lengua materna es el árabe; su lengua cultural es el hebreo bíblico. Comenzó a aprender francés a los 5 años y emigró a París a los 13 años. Estudió matemática, entretanto también estudió filosofía y a los 32 se convirtió en psicoanalista. Escribe entre la poética y la narrativa, entre la oralidad y la letra y entre la afección y la razón. Su entre/dos que, como a cualquier hablante lo constituye, es la materialidad con la que está hecho este libro. Transitar sus páginas me recordó otro texto: “La lengua absuelta”, de Elias Canetti.
Elias Canetti hablaba sefardí, la lengua de su familia y de su amigos en Rustschuk, pero las mujeres que trabajaban en su casa hablaban búlgaro y es de ellas de quienes también aprende esta lengua; en 1911 se mudó con sus padres a vivir a Manchester, donde aprendió inglés y en su infancia el alemán fue la lengua en la que se expresaban sus padres entre ellos.
Tal vez, tanto Canetti como Sibony, por estar compuestos de una pluralidad lingüística y cultural, se hayan visto facilitados para transmitir/nos la subjetividad liminal, rayana y fronteriza que todos y cada uno habitamos, pero que ellos en particular tienen tan alcance de la mano. Si un autor transmite que, aunque hablemos una única lengua, nos vemos forzados a inventar otra a la “materna” para advenir a la existencia, el otro también transmite que el origen siempre habrá sido en com/partición. Recomiendo leer un libro con otro, creo que se hacen mutua compañía.
Agradezco a Daniel Sibony porque su trabajo ayuda a librarnos de los esencialismos, las doctrinas y los pleonasmos del sentido. Agradezco su vitalidad ética. Y agradezco el hecho de que su entre/dos, proponga un desplazamiento de la centralidad, a partir de lo cual eso que habitualmente se erige como “el poder del centro”, como estructura de dominación que sobre-determina todo lo existente, se disuelva tras el poder (puissance, potencia y dynamis) de creación y recreación del margen y la periferia del entre/dos.
* A continuación adjuntamos el vídeo de la entrevista-encuentro. :
Para adquirir el libro escribir a edicionesarchivida@gmail.com