LA “PALABRA” INSENSATA. POR RAFAEL PEREZ

Foto de portada: Aun, de Marcia Madrigal Guardia.

Cuidado editorial: Delegación.


La «palabra» insensata (1)

A Bruno Darío, poeta mexicano.

El Posfacio 2021 a Letra por letra de Jean Allouch no es un texto fácil. Como lector encuentro dos dificultades de lectura, primero, hay cuestiones que están apenas punteadas, las cuales requieren un desarrollo y ciertas precisiones por parte de su lector/a; y luego, otra dificultad de lectura, es necesario ir a las fuentes que él toma y al contexto que tiene cada cita que utiliza en su texto. Sin ese ejercicio de lectura por parte del lector no hay acceso a sus enunciados. No es un texto didáctico ni pedagógico, plantea preguntas para problematizar, distinguir y desarrollar. Además, por si esto fuera poco, requiere una lectura entre varios, no conviene leerlo solo, por eso acepté gustoso la invitación que me hiciera hace ya más de un año, Ginnette Barrantes de leer con otros en un taller de Otrerótica, El Posfacio a Letra por letra “La alteridad literal”. Tomo ese texto como un manifiesto que abre la puerta hacia las dos analíticas del sexo. Entrar por esa puerta, abierta por Allouch, es una decisión que le corresponde a su lector/a, si así lo desea.

Tomé para aproximarme a la lectura sólo cuatro páginas, de la 18 a la 22 del Posfacio 2021[2], en las que Allouch pone el acento en lo insensato. Lo utiliza de distintas maneras sin distinguirlas: “frase insensata”, “declaración insensata”, “palabra insensata”, “palabras juzgadas insensatas”, “palabra loca”.

Desde el comienzo de su texto, Allouch recusa interpretar la palabra insensata. De ese modo, no solo localiza un límite más a la interpretación, también ofrece una pista para entender la palabra insensata de otra manera. Pone varios ejemplos, los toma de un documental realizado por Gérard Mordillat en el año 2020: « La Véritable Histoire d’Artaud le Mômo »[3].

Al menos para mí fue necesario ver y entrar en ese film-documento[4] para intentar aproximarme a lo que Allouch propone en su texto respecto de lo insensato.

En la página en que cita ese libro-documento, Allouch critica a Austin porque no incluyó entre sus declaraciones performativas la declaración loca. Toma la palabra insensata de Artaud sin más, sin distinguirla de una palabra loca:

Cada palabra loca es una declaración en el sentido en que declaramos nuestra amistad, nuestro amor, nuestros pecados o incluso los derechos del hombre[5].

Ahora bien, me pregunto, se trata de mi pregunta a su texto: ¿Es lo mismo una palabra insensata que una palabra loca? ¿Acaso no es necesario distinguirlas? Con frecuencia se confunde lo insensato con lo que no tiene sentido o con lo que está fuera del sentido, o bien, se lo considera como algo absurdo, loco. Son sinónimos de insensato, alocado y loco, pero también, necio, desatinado, imprudente, irreflexivo, irrazonable. Significa “falto de sensatez, tonto, fatuo”, viene del latín tardío sensātus, sensato, que se define como quien obra de buen juicio, que tiene buen juicio en sus acciones y en sus decisiones, con sensatez, prudencia, cautela, seriedad, madurez. Lo insensato remite a acciones y decisiones, la palabra insensata implica el acto de proferirla en una decisión o una acción.

Allouch acoge la cuestión de lo insensato con ejemplos tomados de ese libro-documento. Recibe la palabra insensata de Artaud sin distinguirla de una palabra loca. En este punto voy a avanzar un paso más. En un artículo sobre ese libro-documento, publicado en un sitio de internet llamado “en attendant Nadeau”, Guillaume Basquin le propone al lector que no conoce nada de los últimos años de Artaud desde su salida del asilo de Rodez en 1946 hasta su muerte en 1948, entrar en ese documento como un «momo»:

Este aquí puede entrar en ese libro-documento como un niño, es decir, como un “idiota”, es decir como un « mômo », según la definición de esta apelación marsellesa[6].

Voy a entrar entonces a lo insensato con la curiosidad de un mômo. Por lo tanto, se impone una distinción entre loco y loco: no es lo mismo un alienado que un insensato.

El alienado ha dejado atrás todos los límites de la accesibilidad; todo en su mundo se ha vuelto extraño a los otros y a él-mismo. En el universo del insensato, por el contrario, es posible reconocerse; allí la locura siempre es asignable[7].

Foucault, en La historia de la locura en la época clásica, describe “ciertos movimientos rudimentarios de la experiencia de la locura”. En los siglos XVII y XVIII, plantea que la locura será concebida como una negatividad pura, no ser ligado a la animalidad y al delirio. Por supuesto que antes del siglo XVII se encerraba a los locos, pero es en el siglo XVIII que se comenzó a internarlos.

Hasta el renacimiento la presencia del loco estaba ligada a cierta trascendencia  imaginaria. Cuando se comienza a criticar moralmente todas las formas de ocio y de pasividad de la gente que no trabaja, ocurre una migración de la locura a la región de lo insensato. Alcanza a distinguir el campo de lo insensato como el campo de los lenguajes excluidos.

El insensato no es completamente extraño al mundo de la razón: antes bien representa la razón pervertida, perpetuamente derivada de cada movimiento del espíritu. En él se realizan incesantemente el peligroso intercambio de la razón y de la sinrazón, en tanto que la alienación designa, antes bien el momento de la ruptura[8].

¿Cómo juega el sentido en lo insensato? Se trata de palabras sin significación que atentan contra el código común de la lengua. Según el Foucault de los años 1950 en su manera de leer “la psicología de Freud” cuando escribió “La Psicología de 1850 a 1950”: “el sentido es coextensivo a toda conducta”. Utiliza la palabra coextensif, que en filosofía, hablando de un concepto, quiere decir: “que presenta la misma extensión”. El sentido se extiende a cualquier conducta, ambos conceptos presentan la misma extensión. Distingue, sin dar cuenta de ello, dos modalidades del sentido. La manera freudiana del sentido, observa Foucault:

Allí mismo donde no aparece, en la incoherencia del sueño, por ejemplo, en lo absurdo de un lapsus, en la irrupción de un juego de palabras, está presente pero de manera oculta.

Aunque el sentido no aparezca en el sueño, en el lapsus, en los juegos de palabras, de todos modos está presente, solo que de manera oculta, afirma leyendo a Freud, lo que se conoce en psicoanálisis como el desciframiento del sentido. Lo insensato, en ese entonces, para Foucault es considerado como:

Una artimaña del sentido, una manera en la que el sentido se hace presente atestiguando contra sí mismo.

Lo insensato está del lado de una artimaña, de una astucia del sentido. Foucault, al igual que Lacan en estos años cincuenta, sitúa lo insensato en lo inconsciente. Freud también lo había hecho. Un sentido que atestigua contra el sentido, es decir, el sentido en el caso de lo insensato va contra sí-mismo, esa resulta ser la operación insensata, una operación que suspende el sentido, lo vacía. Cito a Allouch en La alteridad literal:

Dedicarse a interpretar frases insensatas, atribuirles un sentido, inscribirlas en una historia, ¿no es acaso desdeñar al mismo tiempo ese vacío del cual toman su impulso, al que remiten, y donde, una vez pronunciadas, se pierden?[9].

Corresponde a la función del analista situarse allí, en ese lugar vacío, en esa región insensata en la que el sentido y el juicio se suspenden. Se trata de escrituras neutras, el grado cero de la historia de la locura, diría Foucault citando a Barthes. Foucault alcanza a “percibir imágenes que no llegaron a ser poesía, fantasmas que no alcanzaron los colores del despertar, dolores concretos”, “esas palabras insensatas que nada amarra al tiempo”[10].

Son palabras que no están amarradas al tiempo. Hay otra temporalidad en juego en lo insensato, encuentra que esas palabras están amarradas a dolores concretos, a visiones de esos dolores. Son palabras que pasan del tiempo, remiten a un dolor. Palabras que rodean un vacío, que circulan libres, sin amarras, que se ríen del tiempo y del código común de la lengua. Palabras insensatas que tratan de alcanzar la ausencia, que, de hecho, en el acto de pronunciarlas, presentifican la ausencia. Punto nodal, punto cero, que Barthes llama “grado cero de la escritura”. También Lacan lo llamaba “punto nodal” en los años cincuenta del siglo pasado. Si bien Foucault y Lacan plantearon lo insensato como un lugar, hubo que esperar hasta la aparición de la analítica del lugar, planteada por Jean Allouch, para ver de otra manera lo que sucede en la experiencia analítica. Allouch muestra en su Posfacio 2021 lo inconveniente de la interpretación y el desciframiento del sentido en el caso de las palabras insensatas.

Allouch sitúa como ejemplo la palabra insensata de Artaud.

Les comento un poco lo que ocurrió entre Artaud y Breton, tal como lo relata con una sonrisa Henri Thomas en el film-documento. Artaud viene de salir del asilo donde estaba internado y se encuentra con Breton, quien, a su vez, acaba de regresar de su viaje a América. En 1937, cuando trabajaban juntos en el surrealismo tuvieron un distanciamiento importante. Los integrantes del surrealismo en esos años treinta del siglo pasado decidieron unirse al partido comunista y Artaud dijo que no. Él siguió por su cuenta siendo muy atacado por sus ex-compañeros surrealistas.

En 1946 se vuelven a encontrar. Artaud el momo, le agradece vivamente a Breton haber atacado la prisión donde él estaba encerrado. Breton se molesta y niega lo que dice Artaud. Le responde: “Mi querido Artaud, nunca ataqué una prisión con una metralleta, es muy lindo lo que dice, pero no es verdad”. Entonces riendo, relata Henri Thomas levantando su dedo índice: “Artaud me dijo se ha cambiado a Breton”.

Allouch señala con justeza que se trata de un constativo: “Artaud no dice que su punto de vista sobre Breton cambió; ni dice tampoco que Breton se cambió a él mismo. Su frase, en neutro, es un constativo”[11]. H. Thomas, se ríe porque sabe que lo que Artaud le dijo de Breton es irrefutable. Allouch recibe la palabra insensata de Artaud. Esa misma palabra a la que Breton respondió “de la manera más común, desconociendo el vacío de la palabra insensata que le fue dirigida. Breton olvidadizo de su surrealismo.” Allouch critica la recepción que le destina Breton a esa palabra. Pero entonces: ¿Cómo y dónde se recibe esa palabra? Planteo que esto compete a la función de analista en primer lugar, se trata de una cuestión básica para el analista. Lacan, que había tomado nota del surrealismo desde 1930, sabía que no se piensa lo que se dice, que se profieren palabras insensatas. Lo cito el 5 de mayo de 1955:

¡El gran error de siempre es imaginarse que la gente piensa lo que dice! Por lo tanto, no se piensa. Sin embargo, no es una razón para no tratar de comprender lo que eso quiere decir, por qué se profieren palabras manifiestamente insensatas[12].

En el ejercicio analítico conviene no imaginar que se piensa lo que dice. La función de analista implica suspender el sentido y el juicio en el consultorio, eso posibilita la recepción de la palabra insensata.

Allouch da una definición de la palabra insensata, la escribe a partir de Foucault en el anexo La locura, la ausencia de obra. Lo cito, Allouch no cita a Foucault, lo edita para mostrar:

Muy pronto Foucault fue sensible a esa autoimplicación de la palabra insensata donde nada es ostensiblemente dicho, a esa identidad perdida de un sentido, a lo que conviene considerar no como una provisión de sentido sino como una figura que suspende el sentido, que habita un vacío[13].

Foucault dice casi lo mismo pero con respecto a la locura.

Y, por el hecho mismo, la locura ha aparecido, no como la treta de una significación oculta, sino como una prodigiosa reserva de sentido. Aun es necesario considerar como se debe la palabra «reserva»: mucho más que una provisión, es una figura que retiene y suspende el sentido, habita un vacío[14].

Según Foucault, el psicoanálisis podrá acoger las palabras cuando la figura alienante del médico ya no sea la clave para oír las voces de la locura. De allí la necesidad de desprenderse de la psicopatología para poder recibir esos lenguajes excluidos que no obedecen al código de la lengua común y que atentan contra él.

Allouch, en la cuestión de desprenderse de la figura alienante del médico, da con Foucault un paso que Lacan no dio, acoge la palabra insensata a la letra. A la letra incluye los tres puntos suspensivos: “La palabra vista como insensata…tiene razón”[15] afirma. Esa frase, que tomo como punto de partida de mi exploración, fue planteada en el año 2021. Allouch retoma lo insensato a partir de su lectura de Foucault y de Artaud. Con Foucault lee a Lacan de otra manera.

Con su lectura de Foucault, produce esa constatación críptica. Su propuesta invita al lector a efectuar un ejercicio, dar un paso más. Ejercicio que me llevó a intentar mostrar algunas características de lo insensato. ¿Qué es la palabra vista cómo insensata…?

Observo un deslizamiento, el sesgo que toma la palabra pronunciada, porque ya no se trata de la palabra insensata, sino de la palabra vista como siendo ella misma insensata: puntos suspensivos. Los puntos suspensivos indican algo que falta por precisar allí, me provocan para concluir mi intervención la siguiente pregunta: ¿Se ha cambiado a Lacan?

24 de setiembre de 2021, San José


Notas al pie

(1) Sábado 24 de setiembre de 2022. Coloquio Otrerótica, elp, 23 y 24 de setiembre de 2022, San José, “Retomar No es Repetir. ¿La alteridad Psi o la alteridad literal?”

(2) Jean Allouch, Posfacio 2021 a Letra por letra, La alteridad literal, trad. de Silvia Pasternac, Epeele, México, pp. 18-22.

(3) Gérard Mordillat & Jérôme Prieur, La Véritable Histoire d’Artaud le Mômo, [2020], Le temps qu’il fait, París.

(4) Gérard Mordillat : https://www.youtube.com/watch?v=VOEDvBpLdTc .

(5) Ibid., p. 18, español. 

(6) Guillaume Basquin, La Véritable Histoire d’Artaud le Mômo, en attendant Nadeau : https://www.en-attendant-nadeau.fr/2021/02/03/histoire-artaud-momo/ .

(7) Michel Foucault, Histoire de la folie, [1972], Le nouveau partage, Gallimard, París, p. 412 (mi traducción) : « L’aliéné a franchi toutes les limites de l’accessibilité ; tout, dans son monde, est devenu étranger aux autres et à lui-même. Dans l’univers de l’insensé, au contraire, on peut se reconnaître ; la folie y est toujours assignable. »

(8) Ibid. (mi traducción): « L’insensé n’est pas entièrement étranger au monde de la raison : il représente plutôt la raison pervertie, perpétuellement dérivée à chaque mouvement de l’esprit. En lui s’accomplit incessamment le périlleux échange de la raison et de la déraison, alors que l’aliénation désigne plutôt le moment de la rupture. »

(9) Jean Allouch, Posfacio 2021, op. cit., p. 22.

(10) Michel Foucault, Prefacio de 1961 a Historia de la locura en la época clásica. En francés: Folie et Déraison. Histoire de la folie à l’âge classique, Paris, Plon, 1961, pp. I-XI. A partir de 1972, desaparece de la edición. En internet: http://1libertaire.free.fr/MFoucault155.html . Dits et écrits. [1984], T. I texto n°4, Gallimard : “ces paroles insensées que rien n’amarre au temps”.

(11) Jean Allouch, Posfacio 2021, op. cit., p. 19.

(12) Jacques Lacan, sesión del 5 de mayo de 1954, versión Staferla : « C’est la grande erreur de toujours s’imaginer que les êtres pensent ce qu’ils disent ! Par conséquent, nous ne pensons pas. Mais ce n’est tout de même pas une raison pour ne pas essayer de comprendre ce que ça veut dire, pourquoi on a proféré des paroles manifestement insensées. »

(13) Jean Allouch, Posfacio 2021, op. cit., p. 20.

(14) Jean Allouch, Lettre pour lettre, Post-face 2021, p. 372 en francés :Très tôt Foucault avait été sensible à cette auto-implication de la parole insensée où rien n’est ostensiblement dit, à cette identité perdue d’un sens, à ce qu’il convient de recevoir, non comme une provision de sens, mais comme une figure qui suspend le sens, qui aménage un vide. Cito a Foucault, en La folie, l’absence d’ouvre, en internet (mi traducción): http://1libertaire.free.fr/MFoucault243.html . « Et, par le fait même, la folie est apparue, non pas comme la ruse d’une signification cachée, mais comme une prodigieuse réserve de sens. Encore faut-il entendre comme il convient ce mot de « réserve » : beaucoup plus que d’une provision, il s’agit d’une figure qui retient et suspend le sens, aménage un vide. »

(15) Jean Allouch, Posfacio 2021, op. cit, p. 19.


Rafael Pérez es miembro de la école lacanienne de psychanalyse. Ejerce el psicoanálisis en San José de Costa Rica desde 1990. Contacto: rafaelomarperez@gmail.com

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